Parecían dos operarios de una empresa de servicios. La ropa de trabajo que llevaba así lo indicaba. Cuando poco después de las 14, Graciela Capele les abrió la puerta de su casa de barrio Azcuénaga, no le pareció extraño que le pidieran un vaso de agua. A esa hora la temperatura era elevada y la mujer creyó que querían calmar la sed. Aunque enseguida se daría cuenta de que había caído en una trampa. Los visitantes esgrimieron armas, entraron a la vivienda y casi la desvalijaron sin violencia. Después huyeron con el auto de la familia. Graciela estaba con sus dos hijas, una de 6 meses y otra de 4 años, cuando sonó el timbre de la casa de Teniente Agneta 1619. Apenas se asomó se topó con dos muchachos de entre 25 y 30 años. La camisa y pantalón gris de uno y de color marrón del otro les sirvió de señuelo para que la mujer creyera que eran trabajadores. Por eso no dudó cuando le pidieron agua. Pero Graciela no tuvo tiempo para buscar dos vasos. Apenas levantó la vista uno de los supuestos operarios la encañonó con un arma y la obligó a ingresar a la vivienda de dos pisos y ventanas enrejadas. Entonces las niñas comenzaron a llorar asustadas por los gritos de su mamá que retumbaban pidiendo ayuda. Según Graciela, los asaltantes "tenían una información inexacta". El dinero y las alhajas que se presume fueron a buscar no estaban. Sólo había 500 pesos guardados en un cajón y la mujer se los entregó. Pero antes ya habían revuelto los placares para alzarse con cosas de valor. También le habían advertido a Graciela que no le "harían nada si colaboraba", recordó la mujer, que les dio una cadena de oro que llevaba. Cuando se convencieron de que no había más plata, los ladrones arrancaron el cable que conectaba la computadora, se apoderaron de un equipo de música y de una videocámara. Después desconectaron el teléfono, encerraron a Graciela y a las nenas en el baño, cargaron el botín en el baúl del Fiat Palio de la familia que estaba en el garaje. Y sin que ningún vecino se diera cuenta de lo sucedido, abrieron la cochera y se esfumaron a bordo del auto.
| |