Año CXXXVI
 Nº 49.755
Rosario,
domingo  16 de
febrero de 2003
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Encendida polémica en Italia por la venta de bienes culturales que pertenecen al Estado
El gobierno propone dar sitios en concesión. Los funcionarios dicen que "nadie está privatizando el Coliseo"

¿Podría Italia poner al Coliseo, sitio de sangrientos combates entre gladiadores y animales salvajes, en subasta? ¿Sería posible vender el David de Miguel Angel al mejor postor? Aunque parezca una locura, hay preguntas que se hacen los italianos mientras el gobierno extiende una alfombra roja para que el sector privado penetre en el sacrosanto mundo de los preciosos tesoros milenarios de su cultura.
El ministro de Cultura, Giuliano Urbani, es uno de los propulsores de las privatizaciones, pero asegura que éstas no alcanzarán a los mayores tesoros culturales. "Yo quiero inspirar una auténtica revolución en la administración de las artes, pero nadie está privatizando el Coliseo", aseguró el funcionario.
No debe sorprender que la "revolución" de este ex ministro de Administración Pública sea más sobre procesar números que sobre grandiosas exposiciones de arte: "Considerando el tamaño de su enorme herencia cultural, Italia gasta muy poco de su Producto Interno Bruto para protegerla", dijo, y aseguró que el Ministerio está presionando para obtener más fondos públicos y allanando el camino para más inversiones privadas por medio de exenciones de impuestos.
Sin embargo, es el plan de Urbani de colocar ciertos sitios bajo una administración privada y una propuesta más amplia del gobierno de vender varios activos del estado, entre ellos algunos pertenecientes al Ministerio de Cultura, los que han acaparado los titulares.
"Italia es como una persona con muchas casas, pero también con muchas deudas, así que tenemos que ver de cuáles casas podemos prescindir", dijo Urbani sobre los planes de subastar algunas propiedades.
Las denuncias del público se multiplicaron cuando el gobierno emitió un decreto el año pasado que transfirió todas las propiedades estatales, desde los viejos templos romanos hasta modernos edificios de oficinas, a una nueva entidad denominada Patrimonio y controlada por el Ministerio de Economía. Algunos de estos activos serán vendidos para reducir el creciente déficit de Italia y otros podrían ser utilizados como garantías financieras para grandes obras públicas.
Ahora, el gobierno está preparando una lista de los activos que cree que puede poner a la venta. "Esto podría suceder en los próximos seis meses -adelantó Urbani-. Serán en su mayoría palacios antiguos, barracas militares y cárceles del siglo XVIII, pero nada de valor artístico".
Italia cuenta con más de 3.000 museos, 2.000 sitios arqueológicos e innumerables castillos y edificios históricos. Urbani insiste en que el gobierno no tiene intenciones de incluir la fuente de Trevi y el Coliseo en su lista, pero los críticos creen que debió haberlo establecido claramente en el decreto, que tiene un lenguaje muy vago.
"La ley es muy peligrosa", dijo Salvatore Settis, un historiador de arte italiano y ex director del Instituto de Investigaciones Getty de Los Angeles. "Creo al ministro, pero en teoría la ley permite al gobierno vender lo que le plazca y quién sabe si dentro de cinco años el ministro sea otro", deslizó.
El Ministerio de Cultura está esperando también la aprobación de una propuesta que permitiría a firmas del sector privado administrar sitios culturales, lo que aliviaría la tarea del gobierno y generaría ingresos de concesión.
Actualmente, las compañías privadas pueden administrar servicios como librerías y cafés, pero no los sitios en sí.
"Lo confieso, mi razonamiento es que tener nuestra herencia cultural en manos públicas no garantiza su protección. El sector público ha tolerado actividades devastadoras", dijo.
De hecho, un tercio de los sitios culturales más valiosos de Italia están en un estado de emergencia, según un estudio independiente.
El estudio dice que la contaminación, las construcciones ilegales y las presiones del turismo, combinados con un financiamiento insuficiente, están destruyendo tesoros como la frágil ciudad flotante de Venecia y la antigua ciudad romana de Pompeya.
"No pienso que el riesgo verdadero sea privatizar, sino no apreciar el valor de lo que tenemos", dijo Silvia Dell'Orso, autora de un libro sobre los sitios culturales de Italia. "En algunos casos, la administración privada sería más efectiva".
El argumento de Urbani es más sobre los fondos. Hasta hace poco, el estado asignaba 0,17 por ciento del PIB a la preservación y el mantenimiento de su herencia cultural, pero Urbani prevé que los fondos aumentarán hasta el 0,8 por ciento del PIB con ayuda del sector público y privado.
Una de sus primera medidas fue asegurar una porción del presupuesto de infraestructura de Italia para el Ministerio de Cultura. Actualmente, tres por ciento de los fondos para la infraestructura son para la protección de la herencia cultural.

Esperando las concesiones
El ministro dijo que su próximo paso será buscar la aprobación de concesiones privadas para administrar sitios, pero insiste en que el estado será responsable de su protección.
"El concesionario no podrá hacer lo que quiera, el Estado está aquí para garantizar que la herencia se mantenga y se proteja", dijo.
El problema, sin embargo, según Settis, es que no hay un incentivo para que las compañías privadas se involucren porque los museos, que son en gran parte financiados por el estado en lugares como Italia y por donaciones en países como Estados Unidos, simplemente no son rentables.
"Lo primero que una compañía privada haría es cerrar algunas galerías y congelar el financiamiento para investigaciones y restauración. No funcionaría", dijo.
Sin embargo, aparentemente Urbani cree que hay que hacer el esfuerzo.
En vista de las crecientes protestas contra sus políticas, el ministro llamó a Settis y un grupo de críticos a principios del año para tratar de hacer cambios a la ley de administración del patrimonio cultural para asegurar que los tesoros del país queden protegidos.
"Yo no pienso que tengo todas las respuestas, pero pienso que estas son cosas que tenemos que debatir", dijo Urbani. (Reuters)



El gobierno dice no poder mantener los monumentos.
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