El Vaticano, ansioso por contrarrestar las acusaciones de que el Papa Pío XII volvió el rostro ante los horrores del Holocausto, abrió ayer parte de los archivos secretos sobre sus relaciones con la Alemania de antes de la Segunda Guerra Mundial. Los archivos, que se abren sólo para que sean estudiados por los historiadores y especialistas, incluyen documentos de entre 1922 y 1939, cuando Eugenio Pacelli, el hombre que se convertiría en Pío XII, era embajador del Vaticano en Berlín y luego secretario de Estado de la Santa Sede.
Funcionarios eclesiásticos esperan que la desclasificación sepulte la idea de que Pío había adoptado una actitud antisemita y proalemana incluso antes de ser elegido en 1939 (designación que mantuvo hasta 1958, año de su muerte) y que esto afectó a sus decisiones cuando era Papa.
"Hay historiadores que dicen que Pío XII era demasiado diplomático, que no intervino en defensa de los judíos", dijo el reverendo Sergio Pagano, director de los archivos.
"Muchos otros reconocen que Pío hizo todo lo posible para evitar un desastre mayor. Este es el juicio que se hará gracias a estos nuevos documentos", agregó.
Los historiadores que realizan investigaciones sobre el Holocausto y la Iglesia Católica "ni siquiera vendrán a consultar esos documentos", dado que todo lo que contienen es conocido ya, estimó monseñor Pagano, prefecto de los Archivos del Vaticano.
Expectativa por otros archivos
"Material más interesante será puesto a disposición de los historiadores dentro de tres años, cuando serán accesibles todos los documentos relativos al pontificado de Pío XI, muerto el 10 de febrero de 1939. Se trata de una documentación cien veces más importante", precisó.
Estos documentos "conciernen, por ejemplo, a la preparación de la encíclica que condenaba el nazismo Mit Brennender Sorge y de una encíclica sobre la persecución de los judíos que nunca fue publicada", anunció.
Los archivos puestos el sábado a disposición de los historiadores, por decisión personal de Juan Pablo II, conciernen las relaciones entre la Santa Sede y Alemania de 1922 a 1939, bajo el papado de Pío XI. Hitler llegó al poder en 1933.
Pagano añadió que la demora en abrir el archivo se debió a "una falta de personal, no al deseo de ocultar nada".
El Papa Juan Pablo II ha calificado a Pío de "gran Papa" y el Vaticano decidió abrir los archivos con la esperanza de que hagan frente a la "especulación injusta e ingrata" en su contra.
Muchos han acusado a Pío de no hacer nada para detener el Holocausto, en el que los nazis mataron a seis millones de judíos, y los más críticos dicen que su silencio lo hizo cómplice de lo ocurrido.
"Hay pruebas abrumadoras de estudios que muestran que Pío XII fue quizá el líder mejor informado sobre lo que realmente estaba pasando en Europa en ese momento", escribió Rabbi Marvin Hier, deán del Centro Simon Wiesenthal Center, sobre el pontífice.
"Ni una sola vez levantó la voz el Papa en términos inequívocos para protestar por las deportaciones y los asesinatos de judíos", agregó.
Sus defensores dicen que Pío no habló más enérgicamente contra Hitler por temor a que los católicos que vivían en los territorios ocupados por los nazis sufrieran represalias.
"Nunca sabremos qué habría pasado si hubiera denunciado, pero él era un diplomático no un profeta", dijo el padre Pierre Blet, autor de "Pío XII y la Segunda Guerra Mundial: Según los Archivos del Vaticano".
Blet dijo que los documentos revelarán los intentos de Pacelli para evitar la guerra.
El Vaticano espera que el material facilite la beatificación de Pío XII, a la que se oponen los judíos.
Los archivos contienen miles de documentos sobre las relaciones entre la Santa Sede y la Alemania de la preguerra, pero muchos archivos entre 1931-1944 fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la residencia del embajador en Berlín fue bombardeada. (AFP)