Año CXXXVI
 Nº 49.755
Rosario,
domingo  16 de
febrero de 2003
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Nuevo ataque contra el esposo de la síndica que liquida un hospital
Andrés Rossi sufrió la tercera agresión en tres meses. Su mujer actúa en el cierre del Hospital Italiano de Santa Fe

Santa Fe.- El esposo de la síndica que lleva adelante la liquidación del Hospital Italiano de esta ciudad sufrió el tercer ataque contra su persona en otros tantos meses. En esta ocasión Andrés Rossi recibió una herida cortante en un brazo y, como en los hechos anteriores, escuchó de sus agresores la misma advertencia: "Dejense de embromar con el Italiano". Lo llamativo del hecho es que se produjo pocos minutos después de que se retirara del lugar la guardia policial nocturna que la víctima tiene frente a su vivienda por disposición del ministerio de Gobierno provincial.
El último ataque ocurrió la mañana del viernes pasado cuando Rossi atendió a quien presuntamente era un cadete que llamó a la puerta de su casa y que le infligió una herida cortante en un brazo, dándose luego a la fuga.
El primero de los actos intimidatorios del que fue víctima Rossi tuvo lugar pocos días después de declarado el cierre del histórico hospital santafesino, en noviembre pasado. Entonces fue secuestrado por dos desconocidos y trasladado hasta Santa Rosa de Calchines, localidad ubicada en la zona costera, a unos 50 kilómetros al norte de esta ciudad. Allí fue golpeado y su auto seriamente dañado, mientras recibía intimidaciones para que cesaran las auditorías que su esposa, María Ofelia Rodríguez Puiggrós, realizaba en el Hospital Italiano.
Tiempo después, y pese a haber hecho la denuncia policial, Rossi fue atacado por segunda vez en las inmediaciones de su casa. Una mañana, muy temprano y cuando había sacado a pasear a su perro, dos jóvenes lo arrinconaron contra una pared y le apretaron los dedos con una pinza mientras repetían la advertencia de siempre.
En cuanto al episodio del viernes, Rossi lo explicó señalando que trabaja para una empresa de televisión e Internet por cable y que por la índole de su trabajo recibe constantemente a diversas personas, entre ellas a cadetes. Fue precisamente un presunto cadete el que le anunció que debía entregarle un paquete haciendo que Rossi "baje la guardia" y lo atendiera de inmediato. Pero en el momento en que iba a recibir el presunto envío, el desconocido extrajo de entre sus ropas un objeto cortante y lo tajeó en un brazo, tras lo cual y antes de huir del lugar insistió en que debían "dejarse de joder con el Hospital".
Entre las agresiones de noviembre y la del viernes, tanto Rossi como su esposa dijeron no haber recibido mensajes intimidatorios de ninguna clase por lo que se interpretaba que los episodios, hasta ahora no aclarados, estaban superados. Máxime cuando la auditoría encomendada se encuentra prácticamente concluida.


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