Que el presidente del Partido Justicialista de la provincia haya declarado que "algunos santafesinos se sienten dueños de los cargos (a propósito del desaire al médico rosarino Armando Perichón, otra vez relegado en el Cudaio)" provocó malestar en funcionarios que rodean al gobernador Carlos Reutemann. No obstante, optaron por no polemizar públicamente con el diputado nacional Angel Baltuzzi y dejar que las palabras se olviden con los días.
Pero el paneo de La Capital por el lado de la oposición encontró testimonios contundentes sobre el desequilibrio, en favor de la ciudad de Santa Fe, de los agentes del Estado provincial; por ejemplo, los del socialista Eduardo Di Pollina y el radical Miguel Basaldella, ambos diputados provinciales.
Di Pollina dijo que "el desbalance es notorio, se arrastra desde muchos años y el resultado es una burocracia pesada, lenta, trabada".
"Tarde o temprano llegará la discusión seria y madura de los partidos políticos para cambiar este esquema. Pero las palabras de Baltuzzi, no hay que engañarse, están más motivadas por la interna del Partido Justicialista que por las ganas de modernizar el Estado", castigó el socialista.
Señaló que un dato, que no alcanzó a confirmar, contribuiría a demostrar la desproporción: "Creo que la ciudad de Santa Fe, en números absolutos, tiene asignados más agentes policiales que Rosario", pese a que ésta casi que la duplica en habitantes.
Basaldella, en tanto, estimó que "entre el 80 y el 90 por ciento del personal de las distintas áreas es santafesino y el sur provincial prácticamente no tiene presencia".
"Para corregir el desequilibrio -consideró- una buena medida sería que el personal que no es de planta permanente, es decir el de los funcionarios que llegan y se van con cada gobierno, corresponda al sur. Despedir gente no se puede, tampoco es correcto designar en cantidad; entonces, no queda otra que compensar por el lado de los funcionarios políticos".
Otros analistas señalan que la gravedad de la cuestión queda plasmada con un ejemplo como puede ser la plantilla de sueldos y empleados de los organismos descentralizados y de contralor. El Tribunal de Cuentas, el Enress (organismo regulador de obras sanitarias) y la Defensoría del Pueblo, por ejemplo, cuentan 420 empleados que perciben en total, de bolsillo y por mes, entre 600 y 700 mil pesos, se señaló. Es dinero que se recibe y gasta en Santa Fe, sin aportar nada a la economía del resto de la provincia.
Y no se empezó a contar, todavía, el personal de gabinete de funcionarios.
Los vecinos de la Casa Gris
Juan Venesia, ex diputado provincial y director del Instituto de Desarrollo Regional (IDR), señaló que no se debe interpretar todo como un ataque a los santafesinos, "sino contra un grupo de personas que vive a 10 cuadras de la Casa Gris y se apodera de los cargos gestión tras gestión".
"Los pobres de Santa Fe son tan sufridos como los del resto de la provincia", graficó.
Venesia dijo que más allá del número de los agentes y del lugar del que provienen sería correcto el análisis sobre el manejo de las cuentas públicas, aspecto sobre el cual no debe obviarse el presupuesto de la Lotería, es decir la Caja de Asistencia Social de Santa Fe, que siempre tuvo gerentes de aquella ciudad.
"El presupuesto debe ser analizado por los números pero también por la ubicación de los proveedores. De allí quizá surja también que el sur resulte gravemente relegado", advirtió.