Año CXXXVI
 Nº 49.755
Rosario,
domingo  16 de
febrero de 2003
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En pie de guerra. Malestar reutemista por elogios a Binner
Kirchner y el desafío de oxigenar el PJ a dos meses de las elecciones
Pese a que lo niega públicamente, el santacruceño anhela el respaldo del Lole

Javier Felcaro / La Capital

El desembarco en Rosario de Néstor Kirchner, seguido atentamente por el reutemismo pese a las ausencias, permitió corroborar la búsqueda de los nuevos aires que el candidato presidencial oficialista le quiere imprimir al justicialismo. Aunque también dejó al descubierto varios cabos sueltos que al gobernador de Santa Cruz todavía le queda atar antes de las elecciones del 27 de abril.
La gran asignatura pendiente es la oficialización del compañero de fórmula de Kirchner. El viernes, durante su visita a La Capital, donde fue recibido por el presidente del Comité Editorial, Orlando Vignatti, el gobernador santacruceño negó presiones del duhaldismo: "Al vicepresidente lo designé yo". Claro que el patagónico se rehusó a dar cualquier tipo de indicio, escudándose en que hay tiempo hasta el 8 de marzo para blanquear a su ladero.
Fue significativa la preocupación de Kirchner en resaltar que "jamás aceptaría presiones del oficialismo". Es que, después del "no" de Hilda Chiche Duhalde, la danza de nombres se potenció con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli. Un versión abundó sobre la negativa del jefe del Palacio de Hacienda a acompañar al santacruceño: sólo se pondría la camiseta con el número 2 si quien hoy ocupa el Sillón de Rivadavia es candidato.
Pero el pressing desde la Casa Rosada no afloja. Para muchos, el ministro de Justicia, Juan José Alvarez, es número puesto para acompañar al delfín, aunque funcionarios de la Jefatura de Gabinete consultados por este diario se arriesgaron por Alfredo Atanasof.
Kirchner se mostró en el Patio de la Madera rodeado sólo de cuadros técnicos. Si bien brillaron por su ausencia las primeras líneas del PJ santafesino, que ya están listas para definir su posicionamiento electoral (ver aparte), los hombres del santacruceño se esforzaron por destacar que se trató de una convocatoria distinta al acto político tradicional.
Incluso el candidato juró a todo aquel que se le cruzó en el camino que no está buscando el respaldo del gobernador Carlos Reutemann, cuyo regreso a la Casa Gris se espera para mediados de esta semana. En tanto, su apuesta a un frente progresista basado en el modelo neokeynesiano dio pie, sin lugar a dudas, a sus loas al intendente Hermes Binner, algo que encendió una luz de alerta.
"Si Kirchner quiere tener algún tipo de ayuda de nuestra parte, aunque sea informal, no puede ensalzar a Binner. Está agrandando a alguien que puede ser un rival en la puja por la Gobernación", se quejó por lo bajo un dirigente del peronismo provincial, que no estuvo en el centro de convenciones porque, según admitió, no fue invitado.
Ayer, el entorno del patagónico trató de aclarar los tantos. "A Binner no lo conoce personalmente. Kirchner habló por las referencias que tiene de él", le indicó a La Capital un estrecho colaborador, que pidió estricta reserva de fuente. Y, tras ironizar con lo difícil que resulta arrancarle una definición al Lole, se ilusionó con un eventual respaldo ("aunque sea por abajo") del santafesino, la clave para poder pisar fuerte en una provincia donde, deslizó, los sondeos estarían favoreciendo al hombre bendecido desde la Rosada. Por eso la promesa de regresar pronto, ya con toda la maquinaria proselitista en marcha.
Mientras, a nivel nacional, los kirchneristas subrayan que su objetivo se centra en la captación del electorado independiente y no en la presencia de los aparatos, y acaban de sumar razones para defender su estrategia. En esa línea, dirigentes del Frente Grande anunciarán mañana su respaldo al santacruceño, su alejamiento de la fuerza creada por Carlos Chacho Alvarez y la conformación de un nuevo partido. El anecdotario de la constante búsqueda de apoyos incluye una reunión entre el postulante y Antonio Alegre, el ex presidente de Boca, quien recibió un curioso doble pedido: saltar del radicalismo al PJ y cruzar de la vereda xeneize a la de Racing.
Pero hay otros desafíos: revertir una supuesta falta de aval de los gremios bonaerenses con base peronista y satisfacer a los hiperduhaldistas que, rechazando las encuestas que ahora le sonríen a Kirchner (tendencia que deberá ser defendida con uñas y dientes), anhelan la continuidad del presidente y guardan como el más preciado tesoro una movida (bautizada por algunos como "Operación Deshielo") contra el santacruceño.
Por lo pronto, la señal de respaldo que Duhalde le dio a Kirchner la semana pasada parece haber actuado como un tónico para afrontar los poco más de dos meses que restan para que las urnas hablen.



Kirchner estuvo con Alegre, ex presidente de Boca.
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