Centenares de rosarinos marcharon ayer por el centro de la ciudad bajo la consigna "No a la guerra" y se sumaron así a la jornada de manifestaciones que en todo el mundo mostró su rechazo a la posible invasión de Irak por parte de los Estados Unidos. La columna de gente se extendió a lo largo de cuatro cuadras y consiguió la adhesión espontánea de aquellos que paseaban por la peatonal o se asomaban a los balcones.
La marcha estuvo encabezada por el intendente Hermes Binner y distintas figuras de la Iglesia y la política local, entre las que se encontraba el diputado nacional Héctor Cavallero y una decena de concejales.
A todos los unió un común denominador: el enfático repudio a la posible invasión de Irak por parte del aparato bélico estadounidense y sus aliados. La movida estuvo organizada a nivel local por el Llamamiento de los 100 para Seguir Viviendo y se encuadró dentro de la jornada de manifestaciones que se realizaron ayer en cerca de 300 ciudades de todo el mundo (ver página 23).
"Esto es una gran manifestación de Rosario, que se suma así a las distintas marchas que se realizan en el mundo en contra de un posible conflicto bélico", señaló Binner, quien se mostró convencido de que "en tiempos de globalización, una guerra no va a quedar circunscripta a un solo lugar, sino que se va a mundializar. Sólo en épocas de paz, se puede sembrar trigo", enfatizó el intendente.
La larga columna comenzó su caminata minutos después de las 10 desde la plaza San Martín y culminó en la plaza 25 de Mayo, donde se leyó un comunicado oficial de repudio a la guerra. Al frente de la masiva columna se pudo ver a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, integrantes del grupo de motoqueros Custom y a pasistas de diferentes murgas de la ciudad y de Villa Gobernador Gálvez.
El único inconveniente que se registró a lo largo de la pacífica marcha lo protagonizó un reducido grupo de manifestantes de sectores de izquierda, que al llegar a la plaza 25 de Mayo realizó un escrache frente a las puertas del Consulado General de España y se produjeron algunos incidentes (ver aparte).
Emoción y repudio
Lo cierto es que más allá de estos incidentes aislados, el común denominador ayer fue la emoción y el repudio a la guerra. "Esto es amor", dijo una mujer con lágrimas en los ojos que se conmovió al ver la cantidad de familias y jóvenes que no dudaron en sumarse a la manifestación. Desplegando pañuelos blancos y consignas en contra de la guerra, todos marcharon al ritmo de las murgas y las proclamas antibelicistas.
"Me sentía moralmente obligado de participar en esta marcha, es más, creo que todos los rosarinos están participando con el corazón, porque en esta ciudad no debe haber una sola persona que esté a favor de la guerra", aseguró el padre Tomás Santidrián, quien también encabezó la columna junto a otros representantes de distintas instituciones de la ciudad.
Para el religioso, un conflicto bélico significaría "un retroceso de la humanidad". "Parece que estuviéramos volviendo a la época de las cavernas, aunque creo que en ese tiempo los hombres eran más civilizados que nosotros. Si todo el aparato bélico que montó ahora Estados Unidos se hubiese montado en algún momento para fortalecer la paz, el mundo sin dudas sería otro", consideró.
Unos metros más adelante, un hombre optó por manifestar su repudio a Estados Unidos marchando con la camiseta argentina y un turbante árabe en la cabeza. En el rostro, en tanto, se pintó la palabra paz y no dejó de exhibir en ningún momento las fotos de Juan Domingo Perón y Eva Duarte.
Ya en la plaza, todos escucharon con atención la lectura de un comunicado oficial. Allí se remarcaron las palabras del premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, quien aseguró que "si hay un país que cometió atrocidades en el mundo, ese es Estados Unidos".
También se leyeron consideraciones del escritor uruguayo Eduardo Galeano, que remarcó que "la humanidad está cansada de que sus asesinos la usen como coartada. Si el presidente Bush ama tanto la paz, que se bombardee a sí mismo", concluyó el escrito.