cartas

Un grito desesperado

Me gustaría confiarte la más adusta de las tribulaciones sobre las mujeres. Otra vez me encuentro acuciado por la angustia que me subyuga, hundiéndome en el insondable fango de la incertidumbre... ¿por qué tengo que llorar al arquerito de Huracán que con 21 años se quitó la vida víctima de las falacias profesadas por una mujer infame, altanera y demoníaca? Otrora fue el entrañable cantante bailantero sucesor de Rodrigo. ¡Basta de indulgencia! ¡Basta de ignominia! Dichos acontecimientos me sublevan... este desmedrar de sentimientos que se ha vuelto moneda corriente en las mujeres (y que nosotros permitimos), estos seres pérfidos y tartufos a los que ingenuamente nos atrevimos a llamar sexo débil llegó a su fin hoy. Nunca más ajustada la frase de aquel poeta urbano: "Compadezco a todo hombre que se quiera comportar honradamente en el amor".
Luciano Lisandro Lovesio