Luis Emilio Blanco / La Capital
San Jorge. - El intendente Enrique Marucci y el párroco Jorge Montini patearon el tablero: en una carta abierta dirigida al ministro de Salud, Fernando Bondesío, aseguraron que existen graves faltas médicas en el hospital de esta ciudad. Casos de presunta mala praxis, abandono de enfermos y hasta la "presunción de prácticas abortivas" fueron algunos de los puntos más graves, aunque evitaron abundar en detalles. También criticaron duramente el accionar de Bondesío en este conflicto interno por el que atraviesa el Samco local, que desembocó en su intervención. Además reivindicaron al médico Angel Bracco, despedido a pesar de que una acción suya salvó la vida de un recién nacido que había sido dado por muerto. La carta empieza acusando a "algunos profesionales que, en lugar de servir a la comunidad, se sirvieron" del Samco para "satisfacción de sus propios intereses, jamás arriesgaron nada de sus bolsillos para construir sus propias clínicas y utilizaron al hospital público como negocio personal". El escrito -avalado por unas diez instituciones de la ciudad- sugiere que en estos años sucedieron hechos que constituyeron serios indicios de la comisión de acciones gravísimas en el Samco por acción u omisión de algunos profesionales. Entre éstas mencionan: "Legrados terapéuticos, un eufemismo técnico para catalogar lo que comúnmente se conoce como aborto; muertes o daños graves e irreversibles por mala praxis o desatención, abandono de enfermos, cobro de plus, percepción de honorarios fuera del hospital a personas que luego se hacían ingresar en el nosocomio como indigentes, malos tratos y discriminación hacia los pobres". Asimismo, la carta desarrolla una cronología del conflicto que derivó en la intervención del hospital. Se explica que el anterior consejo de administración del Samco designó en abril de 2002 al médico Angel Bracco "como administrador para ordenar la economía" y con el objeto de "terminar con los abusos y privilegios de pocos". Según se describe, a partir de entonces la detección de irregularidades "fue aceptada de mal grado por la cofradía de privilegiados". En este sentido, apuntan contra el director del efector, Miguel Lladós, quien "secundado por los que no pudieron seguir haciendo lo que querían", comenzó una lucha contra Bracco "a quien demonizaron públicamente en vergonzantes asambleas extraordinarias que intentaban hacer aparecer su gestión atada a intereses políticos partidarios". Para los firmantes, la gestión de Bracco normalizó las finanzas e implicó que se empezara a prestar "un servicio a la comunidad, especialmente a los carenciados". En este sentido, criticaron el despido de este médico por orden de la intervención, luego de que el profesional denunciara las irregularidades que desembocaron en el escándalo. "¿Qué valores se privilegian desde los centros de poder?", se preguntan, para arremeter contra el Ministerio de Salud, "donde se sigue aplicando la lógica funcional a la corrupción de matar al mensajero". "A quienes se sirvieron del hospital para réditos privados se los premia -opinan los firmantes-. A Lladós lo trasladaron a Sastre y se lo nombró en el Area de Salud IV junto al impresentable (Julio) Santa Cruz (titular del área hasta el lunes último, cuando Bondesío decidió su alejamiento por irregularidades con el Samco en conflicto) sin exigencias ni horarios. A otros los trasladaron de localidad para hacer nada. Mientras que a quien ayudó a salvar una vida (por Bracco) y jugó su prestigio y trabajo para terminar con lo que el propio ministro reconoce como lacra existente en otros hospitales, se lo echó".
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