Año CXXXVI
 Nº 49.752
Rosario,
jueves  13 de
febrero de 2003
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Vóley: La FIVB desconoce a su par argentina

El ensañamiento de la Federación Internacional de Vóleibol (FIVB) con las autoridades de la Federación Argentina (FAV), que derivó en la designación de una conducción nacional paralela, ofrece, además de sus aristas judiciales y mediáticas, la oportunidad de atender, reflexionar, revisar los axiomas que sostienen al orden jurídico deportivo mundial dentro y fuera de la actividad.
Amparada en parte en el contenido de sus normas fundamentales (la Constitución y el Código de Conducta) y otro tanto en una agresiva interpretación (índice de su omnipotencia), la FIVB creó una comisión reorganizadora del vóleibol argentino que, ipso facto, supuso un avasallamiento a la FAV y sus competencias.
No se trata de un duelo agonal Goijman/Acosta ni de sentar posiciones en orden a preferencias o conveniencias. La FAV, por encima de sus ocasionales dirigentes, es -para el orden legal del derecho argentino-, un "sujeto de derecho privado" regulado y protegido por un conjunto de normas que, en este caso, quedaron postergadas por el afán universalista del orden jurídico que impone la FIVB.
El orden jurídico deportivo internacional que practica la FIVB no reconoce jurisdicciones, territorios ni soberanías nacionales.
Sus límites son los límites de su poder. Los preceptos elementales del derecho occidental -que son la base y eje de la evolución del derecho internacional público que gobierna a las naciones del mundo- adquieren una forma particular y distorsiva en este singular orden jurídico deportivo.
Basta con repasar el funcionamiento de las "garantías procesales" en la suspensión provisional aplicada a Goijman (competencia, tribunales especiales, jueces con interés en el pleito, derecho de defensa, configuración de la urgencia, entre otros) para apreciar que, en este contexto, "proceso" y "sentencia" se confunden hasta licuar sus diferencias.
Un rápido repaso sobre el funcionamiento, fuera del deporte, de las relaciones entre las normas internas y las normas internacionales en el sistema jurídico occidental permite una comparación llamativa.
El derecho internacional que se deduce de la Carta de las Naciones Unidas, con sus tratados, convenciones y tribunales regionales, no tiene un predominio mecánico ni natural sobre el derecho soberano de cada nación.
La relación entre uno y otro sistema de derecho está lejos de merecer una interpretación uniforme.
No es un problema que reconozca el orden jurídico deportivo. Las normas que determinan el funcionamiento de la FAV (estatutos internos, ley del Deporte 20.655, su reglamentaciones -en especial la resoluciones 154/96, 155/96 y 232/97 de la Secretaría de Deportes- y las disposiciones del derecho común) fueron desconocidas por el organismo internacional con una liviandad extraña al derecho internacional propio de las naciones o al de los privados ajenos al deporte.
La FIVB, en sus palabras, respeta las leyes nacionales en tanto y en cuanto "establezcan la garantía de sujeción a las normas internacionales particulares".
En sintonía, aunque sin los desbordes de la FIVB, otras entidades internacionales del deporte mundial resisten cualquier intervención de la Justicia ordinaria sobre sus expansivos "ámbitos internos".
La FIVB es un organismo que evolucionó modernamente bajo el modelo de la FIFA y a la luz de los consejos del ex mandamás del fútbol, Joao Havelange. Fue fundada como una organización sin fines de lucro y hoy tiene una fortuna cercana a los 150 millones de dólares, más contratos de televisión firmados con las cadenas internacionales por un monto similar.
Sin necesidad de juzgar y sentenciar a un mismo tiempo sobre el caso particular, Goijman, cualquiera sea el final de historia, sentará un precedente que puede significar un punto de giro en el modo de entender la justicia en el deporte.
Quizás termine derrotado por un orden jurídico deportivo Internacional que se fagocita a sus detractores.
Quizá obtenga una victoria; probablemente pírrica.
Pero puede servir de puntal para pensar, repensar, revisar, los presupuestos de un sistema que funciona y se mueve bajo el impulso de los millones y que a veces se ubica lejos, muy lejos de una posición ecuánime. (Télam)



El vóley argentino está asfixiado por las presiones.
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