Asunción. - La Cámara de Senadores de Paraguay no reunió la mayoría absoluta de dos tercios requeridos para destituir al presidente Luis González Macchi en el juicio político que finalizó ayer, con lo que el mandatario continuará en su cargo administrando la aguda crisis económica, política y social que soporta este país. El Senado, constituido en Tribunal para juzgar al jefe de Estado deliberó durante diez horas y de 45 senadores que componen el cuerpo legislativo, 25 votaron a favor de la destitución, 18 lo hicieron en contra, 1 se abstuvo y un escaño está sin ser ocupado.
La Cámara de Diputados decidió por mayoría el 5 de diciembre pasado someter a González Macchi a juicio político por mal desempeño de sus funciones y supuestos delitos cometidos en el ejercicio del cargo.
La Constitución paraguaya establece que la Cámara de Senadores por mayoría absoluta de dos tercios (30 votos), juzgue en juicio público al acusado y en su caso declararlo culpable al solo efecto de separarlo del cargo. "La situación de ingobernabilidad en la que se encuentra el país y la ineptitud e incapacidad para gobernar lo cual ha nos llevado a la debacle, al caos económico, político y social" fueron los principales argumentos de quienes sostuvieron la necesidad destituir al presidente.
Crisis y corrupción
Según lo expuesto durante la sesión por más de 20 senadores, González Macchi "violó artículos fundamentales de la Constitución y es responsable de graves hechos de corrupción y del deterioro de la vigencia de los derechos humanos".
En cuanto a los supuestos delitos cometidos en el ejercicio del cargo se refirieron al desvío a EEUU de 16 millones de dólares proveniente de dos bancos en liquidación, irregularidades en el proceso de privatizaciones, principalmente de la estatal empresa telefónica y la negativa del presidente de informar sobre gastos reservados a la Presidencia de la República.
El presidente del Congreso Juan Carlos Galaverna, primero en la línea de sucesión en caso de impedimento o ausencia del presidente, reafirmó su posición de renunciar a la obligación que le impone la Constitución de suceder al mandatario si su nombre era un obstáculo para que se destituyera a González Macchi.
En contrapartida, los senadores que defendieron la continuidad del mandatario argumentaron que era inoportuno separarlo del cargo teniendo en cuenta que en seis meses más (el 15 de agosto) González Macchi deberá entregar el mando al presidente que resulte electo de los próximos comicios previstos para el 27 de abril. Los senadores pertenecientes al cogobernante Partido Encuentro Nacional (PEN) propusieron votar en contra de la destitución y realizar una "entrega anticipada del mando".
El cargo de vicepresidente quedó vacante tras la renuncia de Julio César Franco en octubre del año pasado quien dimitió para presentar su candidatura a la presidencia de la República por el opositor Partido Liberal Radical Auténtico.
Durante las diez horas de sesión, que fue transmitida en directo por un canal de televisión asunceño, no se produjeron disturbios ni hecho de violencia alguno pese a rumores de atentados contra los obispos paraguayos, para desprestigiar al gobierno y forzar la salida del presidente González Macchi.
El juicio político a Macchi es el tercero en la historia política de Paraguay. El primero se realizó en octubre de 1931 al entonces presidente José Patricio Guggiari, que pertenecía al Partido Liberal. A Guggiari se lo responsabilizó de la masacre de estudiantes que exigían la defensa del Chaco paraguayo ante el avance del ejército boliviano. El 24 de marzo de 1999, el entonces presidente Luis Cubas Grau (Partido Colorado), fue sometido a juicio político tras el asesinato en las calles de Asunción del vicepresidente Luis María Argaña, ocurrido el día anterior.
Del básquetbol al sillón presidencial
Macchi, de 55 años, llegó a la presidencia de Paraguay hace cuatro años en medio del vacío de poder y la crisis política que sucedió al asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y la renuncia del presidente Raúl Cubas. Como presidente del Senado, se convirtió inesperadamente en el primero en la línea de sucesión cuando, tras la muerte del vicepresidente y de siete jóvenes que fallecieron de manera violenta en medio de disturbios, el mandatario renunció y se exilió en Brasil. El 28 de marzo de 1999, González Macchi dejó la titularidad del Senado para ocupar el sillón presidencial. Así comenzó la parte más notoria de su carrera que anteriormente era más conocida por su paso por las canchas de básquetbol. (DPA y AFP)
La Ciudad
