Walter Palena / La Capital
Después de la fallida experiencia de la Alianza, el Partido Socialista (PS) busca recuperar terreno e identidad con la fórmula Alfredo Bravo-Rubén Giustiniani, un binomio que sintetiza la unidad que sellaron a fines del año pasado. Descartado el acuerdo electoral con el ARI de Elisa Carrió, el socialismo intentará captar el voto progresista que también tiene la diputada chaqueña, un espacio en el que ahora se quiere colar el candidato que apadrina el presidente Eduardo Duhalde. "Quieren maquillar de progresista a (Néstor) Kirchner, pero todos sabemos que tiene los mismos vicios autoritarios de Carlos Menem", atacó Bravo, quien además se mostró convencido de que va a haber elecciones el 27 de abril, pero no porque el gobierno quiera, sino porque es una condición que puso el FMI para firmar el acuerdo. Como anticipo de la campaña que iniciará por territorio santafesino, donde hoy estará -acompañado por Giustiniani- en Venado Tuerto, Firmat y Cañada de Gómez, Bravo dialogó con La Capital sobre la perspectiva electoral del socialismo, que juzga favorable por la fragmentación y la crisis interna que sacuden por igual al PJ y a la UCR. "Vamos a ganar, por eso no aventuramos apoyos en un eventual ballottage", se atajó el postulante socialista, evitando así responder sobre el posible respaldo que le otorgaría esa fuerza al ARI en caso que sea Lilita Carrió la que llegue con chances de disputar el poder con un peronista. -¿Con qué perspectiva viene a Santa Fe y cuál es su pronóstico para las elecciones? -Vamos a ganar e iniciamos nuestro recorrido en una provincia (por Santa Fe) que fue la jurisdicción política donde más voto bronca hubo en todo el país. Acá tienen a funcionarios que han sido cuestionados por su actuación durante la dictadura y a un ex juez, como Víctor Brusa, que fue llevado a juicio. Digo esto porque parece que Carlos Reutemann es el hombre que puede definir la decencia en la Argentina, y los socialistas tenemos 107 años de vida institucional sin que ninguno de nuestros hombres haya sido sentado en el banquillo de los acusados. -¿Su pronóstico de triunfo en qué se sustenta? -Además de tener a todos los argentinos como rehenes de su interna, el justicialismo está fragmentado. Es casi seguro que van a ir con el sistema de neolemas. Los tres (por Menem, Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá) van a poder utilizar los símbolos partidarios y toda esa caterba de cosas que ellos ponen en sus boletas. Y en la UCR todavía no se sabe quién va a ser el representante. Además, ningún candidato supera el 15 ó 16 por ciento, entonces por qué nosotros no podemos alcanzar esos porcentajes y pelearla de igual a igual. -¿Manejan algunas encuestas? -No tenemos dinero para hacerlas. Nosotros creemos, más bien, en lo que nos dice la gente, en cómo reciben nuestro mensaje. Estamos recorriendo el país y haciendo todo lo que tenemos que hacer. -Usted dice que la fragmentación de los dos grandes partidos los favorecen. Lo mismo dice Elisa Carrió... -Está bien, y puede tener razón desde su punto de vista. Pero yo hablo por el socialismo. -Nunca como ahora existen condiciones como para que surja un espacio fuerte de centroizquierda y con chances de ganar la Presidencia. ¿Por qué no fue posible la unidad con el ARI? -La izquierda es un cúmulo de ideas y de visiones. También de un ego distinto: cada uno cree tener la absoluta verdad de lo que dice. Carrió habla de que la autoridad no se discute pero nosotros le dijimos a ella con toda claridad que no íbamos a firmar un contrato de adhesión con nadie. Venimos de un fracaso muy grande con el Frepaso y la Alianza y queríamos recobrar el derecho a opinar y no a enterarnos por los diarios de lo que estaba pasando en el movimiento. -El socialismo y el ARI comparten la misma franja del electorado. ¿Esa división no favorece, a su vez, a los partidos que están fragmentados? -Sí, pero nosotros tenemos más de cien años de vida institucional y le hemos legado al país la legislación obrera, algo que reconocen hasta los propios peronistas. Hemos roto en su momento con la Alianza por violar el contrato social. Le pedimos a Carrió hacer un gobierno de coalición y dijo que no, por eso ella dice que la autoridad no se discute sino que se acepta. Nosotros tenemos una trayectoria como para tener suficiente autoridad moral y política. -En caso de ganar, ¿mantendría el programa Jefas y Jefes de Hogares Desocupados? -Lo mantendríamos hasta que podamos solucionar el problema de fondo, que es poner nuevamente en marcha la industrialización para que todos puedan tener empleo. No somos drásticos: vamos a mantener las cosas que momentáneamente han sido una solución. -¿Cree que también Kirchner puede captar el voto progresista con el nuevo espacio renovador? -¡Por favor! ¿Qué tiene de renovador Monolo Quindimil? Cuando privatizaron YPF, ¿qué hizo Kirchner? Nada y él maneja una provincia petrolera. Podrán maquillarlo de progresista, pero tiene los mismos vicios autoritarios que Menem. -¿Usted también tiene dudas de que haya elecciones en abril? -No, porque eso lo dispuso el FMI. A ellos les interesa que haya rápidamente elecciones y fue una de las condiciones que le pusieron a Duhalde para firmar el acuerdo. -¿A quién apoyarían en un eventual ballottage? -No nos planteamos escenarios hipotéticos porque vamos a ganar. Si no resulta así, luego veremos. También podemos llamar a la abstención.
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