Año CXXXVI
 Nº 49.749
Rosario,
lunes  10 de
febrero de 2003
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Los ediles quieren que el Servicio Público de la Vivienda rinda cuentas
Exigen saber qué pasó con la plata de la torre que pagó el Concejo
Se destinaron 800 mil dólares para construir un edificio de 10 pisos y la obra está parada desde hace más de un año

Lucas Ameriso / La Capital

La mole de cemento y hormigón que se erige en Suipacha 50 bis es hoy una promesa incumplida. Hace tres años el Concejo Municipal destinó un ahorro en su presupuesto de 800 mil dólares para la construcción de un edificio de 10 pisos. Los fondos fueron girados al Servicio Público de la Vivienda (SPV) pero hace más de un año que la obra está paralizada. "Tanta publicidad y lo dejan a medio hacer", comentan los vecinos del barrio Pichincha. La directora municipal del área, Mariza Garzia, sólo atinó a explicar que las tareas se frenaron porque la constructora planteó la renegociación de su contrato. Pero en el Palacio Vasallo ya se han alzado algunas voces contra esta situación de abandono. "Tenían la plata en el bolsillo y aún no se han dignado en responder qué pasó, queremos saber dónde fue el dinero", cuestionó el edil radical Pablo Cribioli.
El gigante dormido de barrio Pichincha es aún un interrogante. "Después de tantas idas y vueltas ¿lo van a dejar así?", se preguntó ante La Capital un vecino próximo a la estructura deshabitada. Hoy, en Suipacha 50 bis sólo se asoman el hormigón y las paredes de ladrillo. "Hace como más de un año que acá no se escucha ni el sonido de una carretilla", dijo intrigada una señora del barrio.
Garzia aseguró que "la obra está parada desde hace tiempo porque la empresa constructora planteó una renegociación del contrato a raíz de la devaluación". Ante esta situación, el SPV realizó una consulta al área jurídica de la Municipalidad para evaluar los pasos a seguir, pero la funcionaria no pudo precisar si a la firma se le terminará rescindiendo el contrato.
"¿En qué porcentaje está ejecutada la obra?", fue la pregunta que le formuló La Capital. A lo que la funcionaria respondió: "Está finalizada la estructura, sólo faltan los cerramientos de los departamentos y las instalaciones de los servicios. Aún no están adjudicados, pero habrá que rever este tema, porque los créditos hipotecarios pasaron a ser casi inexistentes.

¿Dónde está el dinero?
Las explicaciones de la funcionaria no conformaron a Cribioli. "Resulta elemental que Garzia rinda cuentas de lo que se hizo con el dinero, porque son los mismos rosarinos quienes se lo están pidiendo", afirmó al referirse a un pedido de informes que aprobó por unanimidad el Concejo hace casi un año y aún no fue respondido por el SPV.
El concejal radical volvió a la carga contra las actitudes del ente autárquico al señalar que "el dinero salió del Palacio Vasallo en plena convertibilidad, nadie dijo que se necesitaba un peso de más y la obra ya debió estar finalizada, inaugurada y habitada antes de la crisis desatada en diciembre de 2001".
Pero ante este virtual estado de abandono y parálisis, Cribioli se preguntó: "¿Por qué no está terminado el edificio?, ¿cómo no compraron los materiales en su momento si tenían toda la plata al contado y en el bolsillo? ¿A dónde fueron los fondos y cómo se administraron?". Renglón seguido apuntó sus cañones contra Garzia al indicar: "Lo único que ha hecho esta mujer es responder con su silencio, algo que resulta inaceptable y poco serio".

Desde el principio
La idea de inaugurar una torre con 21 departamentos de dos dormitorios y siete cocheras bajo techo fue impulsada por el ex concejal radical Norberto Soriano. En agosto del 98, todas las bancadas del cuerpo acordaron destinar saldos presupuestarios para el desarrollo de un programa de viviendas a instrumentarse en coordinación con el SPV.
El proyecto fue solventado con dos ahorros significativos que produjo el Concejo durante los ejercicios presupuestarios del 98 y 99. En plena época de la paridad uno a uno se aportaron 550 mil pesos para financiar la obra, a lo que se sumaron otros 291 mil en mayo de 2000.
Inmediatamente, el SPV llamó a licitación sólo para la construcción de la torre de departamentos, ya que el terreno pertenecía al Ejecutivo y fue cedido con tal fin. Para el 28 de noviembre la firma F&G Construcciones SRL resultó la encargada de llevar adelante los trabajos.
"Ahorrar ese dinero me costó sangre, sudor y lágrimas", recordó ayer el ex edil Soriano y comentó que hace unos tres años "había unas 500 personas interesadas en convertirse en adjudicatarias". Es más, a la iniciativa se le sumó otra norma para que tres de los 21 departamentos fueran entregados a empleados del Concejo Municipal.
Por último, Soriano se lamentó por "lo que fue un sueño y aún no es una realidad", y explicó que la idea original era terminar el edificio y reinvertir el dinero que se obtuviese del pago de las unidades en otro plan de viviendas. Incluso se había pensado en lograr un crédito del Banco Nación para financiar la compra de las unidades a los futuros beneficiarios. "Lo único que pude ver funcionando es la autobomba que le donamos a los Bomberos Zapadores", remató con ironía el radical.



En Suipacha 50 bis, la construcción sigue parada. (Foto: Alfredo Celoria)
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