El conjunto de bancos privados del sistema financiero ya podrían devolver la totalidad del dinero acorralado, mientras que en la banca pública este mismo proceder resulta difícil de presagiar, en función de la falta de información y los malos resultados hasta ahora presentados por el Banco Nación, Provincia de Buenos Aires y Córdoba.
Se estudia devolver los depósitos en pesos y dólares constituídos en el año 2001, y en el caso de los depósitos en dólares pesificados a 1,40 y actualizados por CER. El dinero en plazo fijo acorralado en los bancos asciende a un total estimado de 18.937 millones de pesos, según el BCRA. Como los plazos fijo nuevos rondan los 21.538 millones, surge como primera conclusión que los agentes económicos olvidaron rápidamente el efecto confiscación.
Hay que tener en cuenta que la mitad del dinero acorralado estaría con un amparo pendiente, por ende nada mejor para los bancos que saldar el juicio devolviendo ahora a un dólar de 1,40 más CER ($ 2,00 por cada dólar) que esperar el fallo de la Justicia que inexorablemente sobrevendrá en los próximos meses. Lo que es bueno para el banco tal vez no lo sea para el ahorrista, por lo tanto si alguien tiene un amparo lo mejor sería esperar el fallo judicial. Además, se espera un pronunciamiento de la Corte a favor de la redolarización de los depósitos, con lo cual abrir el corralón hoy es un perjuicio menor a corto plazo para las entidades, con beneficios a futuro.
Beneficios y perjuicios
* La apertura del corralón les dejará más rentabilidad a los bancos en el corto plazo y serán más vulnerables en el largo.
* A favor juegan la mayor confianza que inyectan gobierno y bancos, y la posibilidad de que el ahorrista deje su dinero.
* Juega en contra la posibilidad de que los ahorristas se pasen a dólares y suba la demanda y el precio, aunque esto es poco probable en el actual contexto. Más complejo es que se liberen fondos inmovilizados a plazos largos y las colocaciones de corto plazo que las sustituyan pueden partir del sistema rápidamente.
La apertura del corralón le da una mejor imagen al gobierno, mejora la rentabilidad a las entidades en el corto plazo y hace más vulnerable al sistema en el futuro. En cuanto al ahorrista, el beneficio es que pasa a disponer de los fondos inmediatamente, si bien a largo plazo puede ser más redituable no aceptar los fondos ahora y esperar que salga el amparo o el fallo redolarizador de la Corte. También podría optar por quedarse con el plazo fijo reprogramado y actualizable por inflación. Para decidir hay dos dichos: "Es mejor un mal arreglo que un buen juicio", y el otro: "Más vale pájaro en mano que cien volando".
S.D.