Año CXXXVI
 Nº 49.747
Rosario,
sábado  08 de
febrero de 2003
Min 22º
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cartas
Ya no nos salva nadie

Desde siempre hemos visto en películas y en series televisivas que al final llegaba la caballería, una brigada A, una mano mágica que salvaba a los que estaban siendo atacados. Hasta en tiras cómicas el Chapulín Colorado salvaba lo insalvable. En política también estaban los salvadores que sacaban al pueblo de las garras de políticos ineptos que se enquistaban en el poder. Pero, argentino, eso ya se terminó. Ya no hay magia. Ya no hay salvadores. Ya no hay hadas madrinas. Terminemos de soñar. Estamos viendo la vida pasar como si fuera un tren que pasa y los pasajeros que van adentro no fuéramos nosotros. Como si estuviéramos en el andén viendo lo que les pasa a otros. Todo lo que sucede nos concierne a todos. Estamos pisando todos el mismo suelo. Si el agua se contamina la tomamos todos. Si les roban a quienes depositaron su confianza en bancos que transan con el gobierno de turno, nos roban a todos. Si les sacan sus casas a gente que no pueden pagar las cuotas porque les cambiaron las reglas de juego dejando a nuestros hermanos en la calle es porque todo está podrido y el olor y las consecuencias los sentimos todos. Si les pagan planes Trabajar a gente que no lo necesita para tener sus votos (están cobrando muchos que con esos planes pagan sus cuotas del auto), a su vez les sacan la oportunidad de crecer a los que sí los necesitan y trabajarían para que el país crezca y para pagar sus alimentos nos van haciendo una republiqueta en la que no queremos vivir; si les retienen a los camioneros un impuesto para arreglar la avenida de Circunvalación y lo destinan a otra cosa y en la Circunvalación muere prácticamente una persona por día nuestra vida está en peligro. Y podría seguir enumerando pero ustedes ya lo saben. Por eso les pido: salgan de frente del televisor. Trabajen de argentino ad honorem dos horas por semana. Así verá que en poco tiempo el cambio es posible. Pero el cambio está en nuestras manos. Animémosno! El cambio es posible!
Stella Maris Coniglio


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