Año CXXXVI
 Nº 49.747
Rosario,
sábado  08 de
febrero de 2003
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Una mujer fue descuartizada y enterrada en su vivienda

Formosa.- El cadáver seccionado de una mujer fue encontrado ayer en una casa del barrio San Antonio, en las afueras de la capital formoseña, y por el crimen la policía apresó a la pareja de la víctima, a quien le atribuyen haberla asesinado hace unos 15 días en otro lugar, descuartizado y enterrado para ocultar el hecho.
Para la policía, el detenido asesinó a su pareja en la vivienda que compartían, la enterró, luego la desenterró, y trasladó las partes seccionadas hasta el domicilio de la madre de la víctima en el barrio San Antonio, donde tiró algunos restos al baño.
Los investigadores aseguraron que una hija de la víctima, de 14 años, mantenía una relación sentimental con el presunto asesino -según surgió de cartas de amor entre ambos- y que la adolescente estaba al tanto de todo lo sucedido.
La mujer descuartizada fue identificada como Norma Beatriz Giménez, de 28 años, mientras que su pareja es Marcelino Romano, de 20. El crimen fue descubierto cuando vecinos de la casa materna de la víctima sintieron olores nauseabundos y advirtieron muchas moscas provenientes de una letrina.
El precario baño había sido tapado "con ladrillos y cemento porque se había llenado", dijo Angélica Giménez, madre de la mujer asesinada, dueña de la casa del barrio San Antonio, ubicado a las afueras de la ciudad capital.
En ese lugar existen dos humildes fincas construidas con chapas de cartón, y en una de ella convivía esporádicamente el matrimonio y otras veces pasaban los días en la casa paterna de Romano.
Según las fuentes, el presunto asesino hizo días atrás una exposición en la comisaría por "extravío de persona". De acuerdo a los peritajes, se logró determinar que el homicida mató a su concubina a golpes con un poste de quebracho y la enterró en el patio de su casa.
Pero días después, la desenterró, seccionó su cuerpo, lo colocó en varios bolsos y los llevó en moto hasta la casa de su suegra donde, aprovechando su ausencia, tiró partes a una letrina y enterró la cabeza en la cocina de la vivienda.
"Llamamos a un policía para que nos ayude a cavar un poco en el lugar de donde provenía el olor y encontramos un bolso con la cabeza de mi hija", relató entre lágrimas la madre de la víctima.
Otros vecinos más jóvenes aseguraron haber notado cambios en las costumbres de "Dumbo", como le llaman al presunto asesino, ya que últimamente estaba muy nervioso y la puerta de la casa estaba casi siempre cerrada, precisaron. (Télam)


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