Esta no fue la primera decisión de este tipo de Martín Echeverría. Parece que de chiquito, este jugador de familia acomodada, pudo darse el lujo de darle la espalda al sistema asfixiante que se vive en Colombia ya que con casi 17 años tomó una postura similar, enfrentando a los dueños de su club de origen. Alvaro Echeverría recordó con dolor aquellos momentos: "Cuando Martín era jugador aficionado y aún no había cumplido los 17 años se pactó verbalmente con la directiva de Nacional de Medellín que los derechos deportivos de él se compartirían. Sorpresivamente, después apareció inscripto en la rama profesional del club a los 17 años, pero sin consultarle a él. Entonces habló con la directiva y le dijo que eso no era lo pactado y le respondieron que le iban a dar su puesto a otro compañero. Allí Martín dijo que "con todo gusto déselo a un compañero, que yo me voy para la universidad". En esa época él hizo 13 meses de la carrera de Administración, hasta que empezaron a llamarlo otra vez y allí apareció la nueva vinculación al club", contó el padre.
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