Editorial

Puente: que se haga realidad

La crisis argentina no sólo es una palpable, dura encrucijada: en muchos casos, al parecer, se ha erigido en subterfugio. Es que no de otra manera, más allá de las dificultades bien conocidas por todos, puede explicarse la demora en que se incurrió para dar término a una de las obras más trascendentes que el país haya visto a lo largo de su historia, de importancia crucial para nuestra zona: el puente Rosario-Victoria. Después de meses de injustificable parálisis, sin embargo, una buena noticia permite darle una base de absoluta solidez a la esperanza: el presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, ya estampó su firma en el decreto que autoriza el envío de una partida de dinero destinada a concluir con los trabajos. Y ayer, además, se anunció que la intención oficial es que la obra esté terminada para el próximo 25 de mayo. Enhorabuena. La Capital, como medio de comunicación plenamente identificado con los intereses de la ciudad y la región, confía en que esta vez las palabras se reflejen, en poco tiempo más, en fructíferos hechos. Y mantiene, desde luego, una atenta vigilia. Hasta que se haga realidad el sueño.
Apenas un ocho por ciento del total separa a los trabajos de su término. Los 51,6 millones de pesos que el Estado otorgará a la constructora con ese fin -a recuperarse luego por medio del peaje- tardaron mucho en llegar, pero cuando arriben corresponderá recordar que ello será consecuencia del esfuerzo de muchos. Gobiernos municipal y provincial supieron, en este caso, alinearse con la fuerza y la convicción que la situación ameritaba, junto a calificados representantes de las fuerzas vivas y el empresariado. Y además, las comunidades rosarina y victoriense no cejaron en su lucha. La gente, consciente de la importancia decisiva de la concreción del proyecto para el anhelado despegue económico, se movilizó e impulsó a sus dirigentes. Los valiosos resultados de esa actitud están a la vista.
El complemento de tan significativa novedad es que la provincia, en elogiable gesto, se hará cargo de los trabajos de bacheo, mantenimiento de banquinas y desmalezamiento de la deteriorada avenida de Circunvalación -que es de jurisdicción nacional- hasta fin de mes. El impresentable estado en que se encuentra tan importante arteria da fundamento a la urgencia. Y así, con el puente concluido y la Circunvalación reparada, la nueva unión vial entre Santa Fe y la Mesopotamia será, finalmente, lo que merece ser: uno de los sucesos más auspiciosos de esta Argentina decidida a reencontrarse con su futuro.