Año CXXXVI
 Nº 49.745
Rosario,
jueves  06 de
febrero de 2003
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Localizan a la felicidad en la zona izquierda del cerebro

Se descubrió: la felicidad está localizada en la zona izquierda del cerebro. Esto se pudo probar tras una larga serie de experimentos, en un extraño cruce de colaboración entre el Dalai Lama, líder religioso y político tibetano, y prestigiosos psicólogos y neurólogos de los Estados Unidos.
Según anunció el New York Times, todo empezó cuando los científicos se encontraron con el Dalai Lama durante cinco días en Dharamsala, India, en marzo de 2000, para conversar sobre la forma en que la gente podría controlar mejor sus emociones destructivas. Uno de los que llevó adelante este acercamiento entre la ciencia y la antigua sabiduría fue Richard Davidson, director del Laboratorio para las Neurociencias de los Afectos, de la Universidad de Wisconsin, quien hace poco creó un índice para establecer el centro cerebral de los estados de ánimo.
Las imágenes de resonancia magnética, explica el diario neoyorquino, revelan que cuando la gente está ansiosa, enojada, deprimida, las partes del cerebro convergen hacia la amígdala y la corteza prefrontal derecha, región cerebral importante para la hiperdefensa típica de las personas con estrés. Por el contrario, cuando la gente tiene ánimo positivo, entusiasmo y energía, esos sitios están tranquilos y aumenta la actividad de la corteza prefrontal izquierda.
Davidson descubrió lo que, según cree, es una manera rápida de cuantificar el nivel del estado anímico típico de una persona: leer los niveles de actividad en estas áreas prefrontales, derecha e izquierda. Esto predice los estados de ánimo diarios con sorprendente exactitud. Cuanto más se incline hacia la derecha, la persona tenderá a estar más infeliz o afectada, mientras que cuanta más actividad se desarrolle en la parte izquierda, más feliz y entusiasta estará.

Todo se explica
Al estudiar los datos de cientos de personas, Davidson estableció una curva de distribución en la que la mayoría de las personas que se encuentran en la mitad manifestaron buen y mal humor alternadamente. Aquellas personas, relativamente pocas, que se hallan bien hacia la derecha son más propensas a tener depresión clínica o desórdenes de ansiedad en el transcurso de su vida. Para los pocos afortunados que se sitúan más a la izquierda, los estados conflictivos son raros y la recuperación es rápida.
Esto explica otro tipo de datos que sugieren un punto determinado biológicamente para el nivel emocional. Un descubrimiento, por ejemplo, muestra que, tanto en la gente con suerte como en los desafortunados que sufrieron un accidente y quedaron parapléjicos, durante alrededor de un año y medio después de dichos acontecimientos el humor diario es más o menos el mismo que antes, lo que indica que el punto emocional cambia poco o nada.
¿Podría este prodigio ser compartido por todos? La respuesta parece ser positiva, al menos así lo han demostrado terapias basadas en entrenar a lo pacientes en meditación, método extraído de prácticas budistas y ahora enseñado a enfermos en hospitales y clínicas de muchos países. Con este tipo de meditación se aprende a monitorear el estado de ánimo. La hipótesis de Davidson es que se puede fortalecer una gran cantidad de neuronas del lado izquierdo de la corteza prefrontal, e inhibir los mensajes de la amígdala, que envía emociones perturbadoras.


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