Brasilia. - Una feroz interna se ha desatado en el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que incluye grabaciones de debates internos filtradas a la prensa y la amenaza de sanciones a los sectores rebeldes.
El PT no expulsará a los miembros más radicales que lo integran pero tampoco "renunciará a la unidad de acción que siempre le caracterizó", aseguró el presidente de esa fuerza, José Genoino. En los últimos días se han multiplicado las declaraciones y los actos de rebeldía de los diputados del ala más radical del partido.
En un encuentro celebrado el pasado viernes entre el ministro de Hacienda, Antonio Palocci, y los grupos parlamentarios del PT en la Cámara de Diputados y el Senado, alguno de los asistentes grabó la conversación en la que arremetían contra la política económica que está realizando el actual Ejecutivo y la filtró a la prensa.
Al día siguiente, la senadora Heloisa Helena, una de las representantes más radicales del partido, se negó a comparecer a la elección del presidente del Senado, José Sarney, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centroderecha), que fue designado tras un acuerdo con el PT.
Genoino declaró que "no habrá expulsión de los radicales, pero el partido no renunciará a la unidad de acción". "La senadora puede hablar lo que quiera pero a la hora de las votaciones tiene que comparecer", agregó, antes de puntualizar que su rebeldía le costará una "advertencia".
El reglamento interno del PT prevé, no obstante, la expulsión de sus miembros cuando éstos actúan contra la orientación del partido. Tanto Genoino como el actual ministro de la Casa Civil, José Dirceu están analizando las consecuencias que tendría la pérdida del control de los radicales en la unidad de la amplia base que apoya al gobierno de Lula y, por ende, en la gobernabilidad.
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La Ciudad
