El complejo termal de la ciudad catamarqueña de Fiambalá quedó prácticamente destruido por un alud de barro, agua y piedras que también dejó intransitable el camino que lleva al establecimiento. El alud ocurrió luego de que una intensa lluvia aflojara la tierra de los cerros cercanos, y provocó pánico entre los 35 turistas alojados en el lugar. Según se indicó, el lodo arrastró piletenos, autos, carpas y gran parte de un bungalow.
Todos los turistas lograron salir a tiempo del centro termal y ninguno de ellos resultó herido, aunque perdieron todas sus pertenencias. El hecho sucedió en la madrugada del domingo -duró quince minutos- y todavía ayer el complejo denominado Las Termas se encontraba aislado porque el pavimento del camino que lo comunica con la ciudad fue levantado por el alud, lo que llevó a cuadrillas de Vialidad Provincial a trabajar en la recuperación de la vía de comunicación.
Es que, según los planes de las autoridades, primero tendrán que reacondicionar el camino para liberar el tránsito en la zona y así también poder llegar al complejo hotelero, donde tendrán que evaluar daños y la situación en general.
Pérdidas casi totales
Personal de la Municipalidad que trabajaba ayer en el sitio comentó que las pérdidas en el complejo fueron casi totales, dado que, entre otros destrozos, los 17 piletones de agua termal quedaron tapados por el barro y las piedras.
Además, se indicó que automóviles que estaban estacionados en el lugar quedaron sepultados por el alud y que una pequeña hostería del establecimiento sufrió importantes averías.
El alud se produjo durante las primeras horas del domingo y los 25 visitantes que se encontraban en ese momento en el complejo Las Termas vivieron momentos de pánico y se salvaron porque se anunció con un ensordecedor ruido, cuando comenzó a bajar de las montañas, lo que les dio apenas tiempo para salir corriendo con lo puesto.
El complejo termal, ubicado a sólo 15 kilómetros del centro de la ciudad, pertenece a la Municipalidad de Fiambalá y está situado en una zona precordillerana de Catamarca, a más de 300 kilómetros al oeste de la capital provincial y a unos 30 kilómetros al norte de la ciudad de Tinogasta.
La lluvia del último domingo causó un aluvión que duró sólo 15 minutos, pero fue de tal intensidad, según testigos, que no permitía siquiera ver a pocos metros. Las tormentas intensas en la zona son habituales en esta época del año, pero los lugareños afirman que no recuerdan otro alud de estas características. (DyN)