Omar Bravo / La Capital
Ayer a la tarde, mientras la información política saliente era el "no" de Hilda Chiche Duhalde a acompañar como candidata a vicegobernadora bonaerense a Felipe Solá, los principales operadores de la Casa de Gobierno, seguían con creciente tensión los movimientos de otra mujer enemiga de perfil bajo: la jueza con competencia electoral María Romilda Servini de Cubría.
Los hombres del presidente Eduardo Duhalde sospechan que la creciente cantidad de pedidos y requerimientos que la jueza federal formuló en las últimas horas a la junta electoral del PJ, terminará con la intervención de ese cuerpo, donde ya puso a un veedor, e incluso podría extenderse a toda la estructura del Partido Justicialista.
Uno de los operadores del primer piso de la Casa de Gobierno explicó a La Capital la continuidad de los hechos. Después del congreso partidario de Lanús, Servini accedió a medias al pedido de intervenir la junta electoral planteado por el menemismo, y sólo impuso un veedor para que informe de todo lo que allí ocurra.
Pero en el seno del cuerpo que encabezan los diputados nacionales Rafael González (Chaco) y José María Díaz Bancalari (Buenos Aires), precisamente no pasa nada, ya que están acatando lo resuelto en el congreso de Lanús, donde las internas fueron anuladas y así se lo hicieron saber a la jueza. Eso no hizo mella en Servini, quien siguió adelante con pedidos de documentación y otros requerimientos como si las internas siguieran en pie.
Preocupados, los hombres del gobierno salieron a "operar" en el terreno judicial. La inefable Justicia argentina, en este caso la federal con competencia electoral, no para de dar sorpresas, y en este diferendo específico, llegó algo de alivio a los operadores oficialistas.
Ayer en todas las redacciones circulaba un rumor distribuido al parecer por fuentes de la Cámara Electoral, tribunal de alzada al que maneja Servini. "La Cámara le va a rechazar todo lo que haga la jueza", repetían textualmente todos quienes conocían la especie.
"No es que el camino hacia el 27 de abril esté lleno de piedras; No, es un montón de piedras debajo de cual, hay un camino", ironizó la fuente.
Mientras tanto, son pocos los que saben qué hacer después del "no" de Chiche a Solá. En el duhaldismo cundió cierto pánico, rebeldía y hasta algunos deslizaron amargos comentarios: "Le vamos a regalar la provincia al Ñato (Aldo) Rico", primero cómodo en las encuestas en territorio bonaerense.
Otros ya se preparaban para darle pelea a Solá en las internas del 30 de marzo, incluída la decisión de desentenderse de la suerte de la candidatura presidencial de Néstor Kirchner, el elegido de Duhalde.
Incluso, hay un sector de la Casa Rosada que quiere dejar "una vela encendida" y prefieren pensar que el "no" puede revertirse en un "sí" de la primera dama si se lo pide la mayoría del peronismo bonaerense.
Entre los que ya se sumaron al "operativo clamor" está el diputado nacional bonaerense Daniel Basile, quien no dudó en asegurar que "somos muchos los que creemos que (Chiche) puede rever la posición.
Un sondeo telefónico por la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires recogió un comentario escueto: "No nos afecta en nada". Para que el cronista veterano no se sintiera injustamente subestimado, acompañó su comentario con un carraspeo.
Por donde había una euforia apenas disimulada era entre los seguidores de Adolfo Rodríguez Saá, porque el "no" de la primera dama, dicen, le torna orégano el campo al ex carapintada Rico, que si ya se tenía fe para enfrentar a la dupla Solá-Chiche, ahora ni hablar.
La jornada caliente para el PJ, por arriba de los 30 grados que informaba el servicio meteorológico, terminó en el acto en Lanús.
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La Ciudad
