Año CXXXVI
 Nº 49.744
Rosario,
miércoles  05 de
febrero de 2003
Min 23º
Máx 28º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Editorial
Remates, un tema crucial

Uno de los problemas más graves y que mayores angustias despierta por todo lo que encierra es, indudablemente, el de los remates judiciales de viviendas. La sola posibilidad de perder la casa genera desesperación en cada uno de los miles de argentinos que sienten la amenaza de una ejecución.
Sin embargo, esa es solamente una parte -la más dramática, sin dudas- de la realidad: la otra es la que establece que los compromisos deben cumplirse. Como en este caso la mayoría de los afectados está en esa situación por imperio de la crisis económica y de sucesivas medidas económicas, no son responsables directos de su incumplimiento. Por eso es imperioso que el Estado nacional garantice una salida ecuánime: justa en la defensa de los intereses de los acreedores y solidaria con las necesidades de los damnificados.
El gobierno anunció que promoverá una nueva instancia de mediación entre acreedores y ciertos deudores hipotecarios para impedir que se genere una eventual avalancha de remates. La mediación alcanzará a "pequeños tomadores de créditos para vivienda única y permanente", pero además para aquellos casos que las ejecuciones sean por deudas hipotecarias por un monto original de hasta 50 mil pesos o dólares y del cual se hubiese cancelado al menos un 20 por ciento. El decreto también alcanzará a las pequeñas y medianas empresas (pymes) cuando se afecten bienes esenciales para su funcionamiento.
Los deudores deberán proponer un plan de pagos factible, que demuestre la buena voluntad por cancelar los compromisos. La mediación estatal, no obstante, no significa la interrupción de los plazos judiciales o extrajudiciales de ejecución.
De esta manera, el gobierno aspira a aliviar la situación de la mayoría de los 236 mil deudores que enfrenta una situación complicada. Sin embargo, sus objetivos no serán sencillos de transitar. Ya se han escuchado las primeras voces de disconformidad de parte de deudores, rematadores y entidades bancarias. En todos los casos -aunque por diferentes motivos- porque descreen de la eficiencia de una mediación.
Cada una de las partes tiene sus razones atendibles. Urge encontrar una solución; una solución que respete intereses y obligaciones y contemple la responsabilidad social del Estado. En definitiva, no es una batalla: no se trata de que haya vencedores y vencidos. Sólo el consenso y la justicia ayudarán a edificar un país con bases sólidas.


Diario La Capital todos los derechos reservados