El Ministerio de Salud de la provincia, a través de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud, recordó que la diarrea aguda en los niños, por lo general es autolimitada, dura de 4 a 5 días y la mayoría de las veces es causada por una infección. Las manifestaciones clínicas pueden ser fiebre, vómitos y deposiciones acuosas y frecuentes.
La alteración del ritmo evacuatorio puede provocar deshidratación y desnutrición, y cuanto menor es la edad, mayor es el riesgo, por lo que es muy importante la consulta médica para evaluar la gravedad. Hasta la consulta se puede ofrecer agua hervida o sales de rehidratación oral y nunca suspender el amamantamiento ni la alimentación en niños mayores.
Las sales contienen sodio, potasio, cloro y glucosa que el organismo pierde con la diarrea y que debe reponer para mantener el equilibrio interno. El modo de prepararlas es el siguiente:
* Lavarse las manos
* Hervir un litro de agua. Dejarla enfriar en un recipiente limpio
* Colocar el sobre de sales en un litro de agua y revolver hasta que se disuelva el polvo. Mantener el recipiente tapado.
* Las sales deben administrarse a temperatura ambiente. A las 24 horas se debe desechar el preparado.
La cantidad de sales a ofrecer la indicará el médico conforme el estado de hidratación del paciente. En general, si el niño está bien hidratado, se ofrecerá una taza después de cada deposición en los menores de un año, y dos tazas, en los mayores. Se les debe dar de a pequeños sorbos.
Cómo prevenirla \La mayoría de los agentes infecciosos que provocan la diarrea se transmiten por la vía fecal oral, ya sea por el agua que consumimos, por los alimentos contaminados o por diseminación de persona a persona a través de las manos.
Para prevenir la diarrea en los lactantes el mejor antídoto es la leche materna en forma exclusiva hasta los 6 meses y prolongar la lactancia los dos primeros años de vida. También es importante que reciban las vacunas y los controles adecuados según la edad.
La higiene es fundamental, por eso se debe tomar el hábito de lavarse las manos antes de preparar la comida y darle de comer, así como también después de cambiarle los pañales.
Se debe hervir el agua que toma el bebé y la que se usa para preparar biberones, debiéndose desechar la leche no consumida. Evitar el contacto de moscas sobre los alimentos y utensilios. Los alimentos se deben conservar en lugar fresco o refrigerado.
Ante la aparición de síntomas similares a esta enfermedad, consultar a un médico o concurrir al centro de salud más cercano.
La Ciudad
