Aníbal Fucaraccio / La Capital
La selección argentina de fútbol comenzó a transitar con su blanca timidez una necesaria etapa de renovación intrínseca, con la lógica piedra en el camino que significa tener como referente obligado e inevitable el fracaso previo de Bielsa en su primer intento. "Segundas partes nunca fueron buenas", reza el dicho popular, pero esta nueva oportunidad de trabajo merece, al menos por inapelable, que se deje echar a rodar la remozada capacidad de gestión del entrenador rosarino que pareciera que a duras penas asimiló el golpe de knock-out de Corea-Japón, pero que a partir de allí creó un plan alternativo que respeta la base histórica pero que cuenta con rasgos positivos de apertura intelectual, algunos aprendidos en la ruta de lo andado y otros negociados en la renovación de su contrato con el capo de la AFA, don Julio Grondona. Esta selección sabe que está en deuda con la gente (así lo revelaron los rátings de los dos primeros partidos de este segundo ciclo) y deberá superar su excesivo recelo actitudinal y retobarse, con la complicidad de los resultados, contra el gigante manto de dudas que se debate sobre su imagen actual. En este contexto de falta de crédito asumida, de impostado desinterés popular y de necesidades económicas existenciales, nació la gira que está llevando a cabo la selección por el norte del continente americano con jugadores que militan en nuestro país. Pero este periplo carga sobre sus hombros algunos interrogantes que deberá despejar, y en la comparación de los "argentinos" de estos tres encuentros (Honduras, México -jugaban anoche, al cierre de esta edición- y EEUU), y los "extranjeros" del próximo choque con Holanda, se podrán extraer algunas conclusiones enriquecedoras. ¿Así se instala el tan mentado recambio?. Sí, luego de esta etapa, se podrá analizar si D'Alessandro, Insúa, los Milito o los González tienen chapa de selección. Se verá si Burdisso, Garcé, Ponzio o Battaglia logran la misma solvencia que en el fútbol doméstico. Y así algunos de estos nuevos integrantes del conjunto nacional podrán acoplarse a los "consagrados" europeos que tienen un lugar asegurado en el pensamiento de Bielsa. ¿Sirve esta gira?. Seguro, por más que el nivel de los rivales no sea el más adecuado para las circunstancias, hoy el fútbol plantea una exigencia constante que no reconoce pergaminos previos, ni las luces de neón. Y si no basta con repasar el último Mundial, ya nadie gana con los nombres y ese precepto juega a favor de esta gira experimental. ¿Cuáles son las expectativas de progreso?. Muchas, quizás en el actual plantel resida la tan necesaria frescura que necesita el acartonado esquema de Bielsa. A lo mejor entre estos jóvenes surge alguno que rompa estructuras y que le imponga una sana rebeldía táctica a los preclaros conceptos del entrenador. Tal vez de este grupo nazcan jugadores con espíritu ganador y que no vayan caminando a patear un córner, cuando a su equipo le faltan minutos para quedar eliminado de un Mundial. Para eso sirve esta gira.
| Por el césped de Ezeiza, los nombres del recambio. | | Ampliar Foto | | |
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