Pedro Squillaci / La Capital
Más de mil jóvenes concurrieron ayer a Canal 5 para asistir al casting de "Operación Triunfo", el programa de Telefé que busca a una estrella de canto. El derrotero de los aspirantes fue demoledor. Un grupo montó una carpa desde la noche del lunes en cercanías del canal, y otros llegaron desde las 6 de la mañana con lagañas en los ojos para estar entre los primeros. Todos concurrieron por el mismo objetivo: aprender y cumplir un sueño. Por eso no les importó soportar horas de pie bajo la lluvia y aguantar toda la tarde sin nada en el estómago. Los que pasaron la primera prueba de ayer, de canto a capella, hoy tendrán el turno de mostrarse ante las cámaras en la segunda etapa del casting. La ilusión continúa. "Prefiero fracasar en algo que me guste", dijo Cristian (19), mientras esperaba su turno a unos 100 metros de la puerta de entrada del canal. Lo suyo sonó a una declaración de principios. Por lo menos para su grupo ocasional de "nuevos amigos", de Rosario y Arroyo Seco, que estaban con él desde hacía unas ocho horas. Ellos son Alejandra (26), Paola (23), Miguel (18), Juan (18), Jesús (22), Fernando (29) y Sabrina (18). Pese al cansancio, mostraban la buena onda suficiente como para entonar lo mejor que podían "De música ligera", de Soda Stereo, cuya melodía surgía de la guitarra de Jesús. A pocos metros de la entrada, Mariana (19) no tenía el mismo entusiasmo. "Esto no lo hago nunca más. Vine a las seis y media de la mañana y todavía no entré", dijo con evidente signos de agotamiento en su rostro. La joven -alta, bonita y de buena figura- afirmó que venía "para aprender" y que jamás le atrajo el casting televisivo de "Popstars", de donde surgieron Bandana y Mambrú. Al mediodía frente al canal había una cola de 250 metros de largo. Había rockeros con remeras de La Renga, chicos carilindos de pelo corto, despeinado y gel, y chicas que iban de la exuberancia de Pamela Anderson a la sobriedad de las que van a buscar un puesto de oficinistas. La mayoría había llegado temprano y había soportado estoicamente la pertinaz llovizna que cayó durante la mañana. Algunos padres de los postulantes le hacían el aguante a sus hijos sentados en sillas de plástico y con mate en mano. Otros amenizaban la espera contando chistes o cantando la canción que se les viniese en mente, con predominancia del género pop y romántico, en castellano o inglés. El objetivo era pasarla lo mejor posible para soportar ese extraño momento de ansiedad y temor. Una vez adentro del canal los aspirantes sentían que tenían el corazón en la boca. El jurado se había dividido en dos para tomar pruebas individuales a todos. En la planta alta estaban la entrenadora vocal Guadalupe Vidal del Carril y el productor Osvaldo Codazzi, y en otro estudio de la planta baja tomaban examen Ignacio Greco y Cristian Bruno. Fernando, remera de Mickey y colita, cantó "Todo mi amor", de JAF, e impactó al jurado, que lo convocó para la segunda prueba. Laura no tuvo la misma suerte: cantó un hit de Cristian Castro y le dijeron "gracias por venir" a los 15 segundos. Ese contraste fue el común denominador de la prueba, y así pasaron cientos. Desbordantes de alegría, María Gabriela Celoria y Sergio Di Martino, de Venado Tuerto, también pasaron la prueba. La joven pegó con "Balada para un loco", de Piazzola, y el muchacho ganó con "Bésame", de Montaner. Cuando salieron se toparon con una larga hilera de aspirantes que todavía esperaban su gran momento.
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