 |  | Editorial Indicios favorables
 | El boom turístico que se está registrando en todo el país es un indicador de que, lentamente, la actividad económica tiende a volver a los niveles previos a la hecatombe producida por la salvaje salida de la convertibilidad. Es cierto que también incide en ello el tipo de cambio y las dificultades que ello genera para viajar al exterior, pero la gran cantidad de personas que han salido de vacaciones reflejan un buen síntoma. Al influjo de este gran movimiento, las ventas en el comercio minorista tuvieron un notorio crecimiento; superaron holgadamente las de enero del año pasado, aunque permanecieron por debajo de los registros del 2001. Otro dato alentador tiene que ver con la decisión de algunos bancos de sumarse a la apertura del corralón. Ya son seis las entidades que ofrecen a sus clientes devolverles los depósitos a plazo fijo que fueron pesificados y reprogramados en enero de 2002. Más allá, queda claro, si finalmente aceptan o no 1,40 peso más CER por cada dólar oportunamente depositado. Finalmente -y tal vez lo que permite alimentar más el optimismo- hay que tener en cuenta el sostenido crecimiento en la demanda de empleo. Reafirmando la tendencia de los últimos meses, los datos en ese sentido resultan positivos y alientan expectativas de que se mantengan durante el resto del año. En Rosario, por ejemplo, se generaron dos mil nuevos puestos de trabajo genuinos. Por otra parte, está claro que este camino no estará exento de complicaciones; hay muchísimas cosas por corregir y solucionar. Y en ese contexto, una de las más acuciante es, sin dudas, la posibilidad de que se ejecuten viviendas. Un problema al que se le debe hallar una pronta solución para evitar que las partes se vean más perjudicadas. Falta, además, que la clase dirigente le aporte un poco de sensatez y previsibilidad al presente. Si es así, seguramente todo será más sencillo.
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