Fernando Toloza / La Capital
La animación digital gana cada vez más terreno en el cine y muchos en Hollywood sueñan con que la Academia se juegue y cree una categoría para esos trabajos en la entrega de los Oscar, y que lo haga en un futuro no muy lejano, ya que el público no hace otra cosa que hablar de esas creaciones virtuales. La presencia clave de animaciones digitales en tres películas de peso como "El ataque de los clones", "Harry Potter y la cámara secreta" y "Las dos torres" abona la expectativa, y también el hecho de que los críticos estadounidenses hayan debatido para elegir al mejor del trío formado por Yoda, Dobby y Gollum, de las respectivas películas. Un paso firme hacia la posible creación de un rubro para los personajes animados se dio en el 2001, cuando la Academia de Hollywood implementó la nueva categoría para premiar a los filmes animados. Antes, la animación estaba relegada al rubro de corto animado, un segmento por el que tanto el espectador como las estrellas de la gran noche americana trataban de pasar lo más rápido posible. Pero el triunfo económico de filmes como "Shrek" y "Monsters, Inc." pedía a gritos un reconocimiento en el Oscar y la Academia, esta vez, no se hizo rogar. En marzo de 2002 compitieron en la flamante categoría de filme animado "Shrek", "Monsters, Inc." y "Jimmy Neutron". Y los laureles fueron para "Shrek", una película de la productora DreamWorks, de Steven Spielberg. Los personajes de animación en filmes de actores tienen la cosa más difícil, aunque en las dos últimas décadas hayan comenzado a escribir su historia. Buena parte de esa historia está ligada a George Lucas, un veterano de los efectos especiales, que creó una compañía para satisfacer sus grandes necesidades a la hora de plasmar algunas de las criaturas sorprendentes de "La guerra de las galaxias". Con el regreso de la saga para hacer tres nuevos capítulos, Lucas apostó a Jar Jar Binks, en "Episodio uno: la amenaza fantasma", pero el personaje no tuvo fortuna y en "Episodio dos: el ataque de los clones" Lucas volvió al viejo Yoda, quien en el filme muestra por qué es un gran maestro al pelear con espada contra uno de los villanos de la historia. "Harry Potter y la cámara secreta", la segunda entrega de la saga del niño mago, sacó gran provecho de una creación digital, el elfo doméstico Dobby, quien advierte a Potter sobre un peligro mortal que lo espera a su regreso a la escuela Hogwarts. Dobby comparte con Yoda y Gollum unas orejas grandes y cierto misterio. Se empeña en aparecer en la vida de Potter y durante largo tiempo en el filme su "ayuda" es más una complicación que un beneficio. A diferencia del casi siempre estático y epigramático Yoda, Dobby tiene algunos reveses morales que, finalmente terminan dejándolo del lado del bien, cosa que no puede decirse de Gollum, el monstruoso ser que deslumbra en "Las dos torres", la segunda parte de "El señor de los anillos". Gollum fue un hobbit, como el bueno de Frodo, pero su adicción al poder del anillo lo transformó en un monstruo, mezcla de "drogadicto callejero y ex prisionero de campo de concentración", según definió Andy Serkis, el actor que le dio voz y buena parte de su expresividad (ver aparte). Las creaciones digitales parecen propiedad exclusiva de las grandes sagas de ciencia ficción y fantasía, donde se supone muchas veces que un simple actor humano no puede llegar a los picos de imaginación que conquistó otro humano, escritor o cineasta. Además de que las sagas siempre necesitan novedades para convencer a todo el mundo de que algo está pasando y que los nuevos episodios no son sólo una especulación económica.
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