Año CXXXVI
 Nº 49.737
Rosario,
miércoles  29 de
enero de 2003
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El pianista de jazz habla de "Las cosas tienen movimiento", su CD recién editado
Adrián Iaies: "En la música el riesgo está en encontrar la fórmula y creértela"
Después de grabar varios discos en el exterior, editó en un sello "grande" de Argentina

José L. Cavazza / La Capital

Fue una revelación en el 2000, con su nominación al Grammy, con su modo personal de tocar el piano, siempre fluctuando entre el jazz y el tango, con sus discos, el doble "Las tardecitas de Minton's" y el álbum de solo piano "Una módica plenitud". Así, llegaron sus tours musicales por España (algo más de una decena hasta la fecha), sus debuts en los Estados Unidos, sus discos españoles y "Las tardecitas..." lanzadas en el país donde nació el jazz.
En 2002 el pianista argentino Adrián Iaies se convirtió en un músico consolidado, admirado en el mundo del jazz, respetado en el del tango y reconocido más afuera que adentro país. También, el 2002 fue un año demasiado fuerte para Iaies: en lo profesional fue su gran año, grabó un par de discos en España, tocó durante dos noches en e Lincoln Center de Nueva York y a fines de diciembre apareció "Las cosas tienen movimiento", su primer disco argentino editado por un sello de los denominados "grandes". En lo personal, el 2002 debe hacer sido uno de sus peores años. El mismo Iaies lo cuenta en el librito de su reciente disco: "Grabé este disco bajo circunstancias personales tan adversas que, sobre la hora, pensé en cancelar, o al menos, postergar las sesiones. Entramos al estudio transcurridos menos de dos días de un accidente que casi nos cuesta la vida a mi familia y a mí mismo, y en el justo momento en el cual, por primera vez, tomé real conciencia que el deterioro en la salud de Viviana, mi compañera de toda la vida, era irreversible". Viviana murió de cáncer hace seis meses.
"Estoy enamorado de este disco. Para mí es una gloria, es el disco mío que mejor suena, y además estoy con el mismo trío que estoy tocando en Europa desde hace más de dos años", dice Adrián Iaies en el comienzo de la charla con La Capital.
-¿Por qué pensás que "Las cosas tienen movimiento" es tu mejor disco?
-Es especial por varios motivos: es el primer disco mío para una compañía grande argentina. Los sellos con los que grabé en Europa son potentes pero independientes. Eso es fuerte, porque generalmente los ejecutivos de las compañías discográficas dicen "no hay que poner plata en el jazz, porque no se vende, porque es elitista y no es masiva". Además es especial, porque es el primer disco mío en que hay temas cantados. Eso no obedece a ningún plan, es simplemente, que me enamoré de la Negra (Liliana Herrera). Musicalmente, ella está muy cerca de mí, porque es una cantante que lleva en la sangre la estética del jazz.
-¿Las discográficas argentinas empiezan a apostar al jazz?
-Realmente no sé. En mi caso particular se da porque llegó en el momento justo. Siento que hice los deberes, que ya grabé en Argentina, que hice discos afuera. Me comentaban que desde la época del Gato Barbieri ningún músico argentino de jazz firmaba con una compañía grande. Ojalá esto abra el paso a otros. En este tema siempre hubo culpas compartidas: por un lado a los ejecutivos discográficos nunca le interesaron el jazz y los músicos de jazz siempre tuvieron una conducta elitista. Yo tengo la sana intención de tocar para la mayor cantidad de gente posible, en la medida en que siga haciendo la música que hago.
-¿Por qué contás en el librito del CD las circunstancias personales que precedieron la grabación?
-Lo cuento porque me interesaba hacer un reconocimiento a quienes participaron de la grabación. Mi situación personal en el momento de grabar el disco era tan delicada que la grabación siguió adelante porque los tipos que estaban conmigo se portaron increíblemente bien. Luego el disco tiene una dedicatoria a mi esposa, con lo cual ya está blanqueando toda una situación. Ella me alentó muchísimo a que yo siga grabando a pesar de saber que se estaba muriendo.
-El disco incluye un tema de Charly y otro de Fito, ¿creés que es una veta importante las versiones de música pop?
-A mí me parece que Charly García pertenece a nuestra música popular en un grado no menor a De Caro, Gardel o Troilo. O sea, es parte de nuestra música popular. Es cierto, nos falta distancia histórica para juzgarlo. Vos podés quedarte con que García se tira a una pileta de un noveno piso o si se baja los lienzos; a mí me interesa más la cuestión de poner un disco de él y ver lo que escucho y, generalmente, lo que escucho es una música con la cual he crecido, que me ha enriquecido, porque de ella aprendí mucho y ha mejorado mi calidad de vida porque es buena música. Por otro lado, quiero aclarar que no tengo intención de caer en una cosa industrial, y decir "ahora vamos a versionar pop".
-¿Y qué riesgos se corren?
-Hay un riesgo que es más amplio y que no pasa sólo por versionar pop, y es el riesgo de convertirte en una caricatura de vos mismo. A eso tenés que tenerle miedo, a encontrar la fórmula y repetirla hasta el infinito. A mí nunca se me ocurriría pensar que versionar tango es simplemente tocar un tango con swing jazzístico; tenés que construir una historia distinta a partir de un tango. Con el pop pasa lo mismo: el riesgo es encontrar la fórmula y creértela. Lo más interesante de toda esta historia no es encontrar algo sino buscarlo.
-¿No son demasiados discos juntos en tan corto tiempo?
-Sí, aunque en la Argentina este es el primer disco después de dos años. Está la posibilidad de que los españoles me den la licencia de los discos que hice allá para la Argentina, y ahí sí serían muchos discos míos en el país y convendría sentarse a conversar sin convendría que alguno de esos discos salieran en Argentina.



Iaies logró firmar para una empresa multinacional.
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