En julio del 96 decidimos con mi familia conocer el noroeste del país, vacaciones que resultaron inolvidables. Visitamos Salta y Jujuy, quedándonos maravillados por los imponentes paisajes de montaña y la calidez de sus habitantes.
En Salta, "La linda", apreciamos desde la aerosilla parte de la ciudad y realmente le hace honor a su nombre. También recorrimos en auto el camino del Tren de las Nubes, un sendero de tierra rojiza, sinuoso y con muchos baches, pero que regalaba a los ojos un paisaje increíble, cubierto de nieve. Descubrimos un río que en su curso formaba una cascada, pero que en ese momento se encontraba totalmente congelado.
Este trayecto entre las montañas nos llevó hacia San Antonio de los Cobres, un pueblito limítrofe con la cordillera de los Andes. Otro rincón muy hermoso es el de las Termas de Mora, donde disfrutamos de un inolvidable chapuzón.
Después de pasar unos días en Salta nos dirigimos hacia Jujuy porque queríamos conocer la Quebrada de Humahuaca. Es un lugar donde hay mucha pobreza, las casas de barro entre caminos de tierra contrastan con la belleza del paisaje que caracteriza todo el noroeste: montañas escalonadas, con escasa vegetación, que dejan lucir la variedad de colores de su suelo rocoso.
Franco Mayorano, alumno de la escuela Brigadier Estanislao López
| |
La Ciudad
