El dólar sigue cayendo y comenzó a traer dolores de cabeza al sector agropecuario. Por el efecto picada de la divisa estadounidense los productores agropecuarios comenzaron a perder poder adquisitivo en pesos y esto podría atentar contra la reactivación que se produjo en la economía de la región, donde muchas empresas salieron beneficiadas con el veranito que vivió el campo.
Los analistas del sector indican que se trata más de una cuestión de ingresos que de costos. "La rentabilidad en dólares es la misma", expresó Rubén Oliverio, gerente agropecuario de Agroactiva, quien apuntó que se trata de "una restricción en el poder adquisitivo" del hombre de campo que realiza las compras de su vida diaria en pesos, e incluso paga en esa misma moneda algunos costos empresarios como la mano de obra o el gasoil.
Como primera reacción ante este fenómeno, los productores agudizaron la retención de la mercadería -se sentaron sobre el cereal como se suele decir en el sector- a la espera de que el dólar recupere posiciones.
"Sucede que muchos empezaron a hacer sus cálculos de gastos y comprobaron que compraron insumos cuando el dólar estaba entre 3,5 o 3,7 pesos y al acercarse la cosecha vale casi tres", dijo Lorena D’Angelo, del Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Si bien el productor utilizó dólares, o en la mayoría de los casos soja (que cotiza en dólares) para pagar los insumos, hoy tras la baja tiene menos pesos disponibles por esos dólares.
Por otra parte, muchos comenzaron a mirar con más cariño a los contratos de futuros -tanto de granos como de dólares- como una alternativa para cubrirse de los vaivenes.
Un informe elaborado por la casa corredora Barrilli y Asociados de diciembre pasado indica que esta tendencia se fue reforzando. "Algunos ya miran con mayor atención las cotizaciones del dólar futuro en el Rofex, una herramienta que está consolidándose cada vez más como un arma de cobertura en un contexto donde es cada vez más difícil arbitrar los riesgos".
Ingresos flacos
Una vez abandonada la convertibilidad, y con ingresos en dólares asegurados, el sector agropecuario resultó uno de los más beneficiados el último año. Pese a la mayor presión fiscal que debió afrontar -se impusieron retenciones que hoy llegan al 20%- el hombre de campo siguió recibiendo billetes verdes por su cosecha, aunque también pagó sus insumos para encarar la siembra en la misma moneda.
De ese modo, una caída del dólar aparentemente no implica cambios en los balances medidos en billete estadounidense. Sí en cambio impacta en el nivel de ingresos que éste sector tuvo a partir de la devaluación y que permitió agrandar sus márgenes.
Hoy es justamente ese punto el que los desvela y el que golpea de lleno en la economía de la región, que salió beneficiada por este veranito del sector.
"Es más un problema de ingresos que de costos", indicó Florencia Trucco, analista junior de la consultora Agropuerto y apuntó que prevén que el dólar seguirá cayendo en los próximos días y llegará a un equilibrio en una cotización de 2,8 pesos. "Esto provocaría un aumento del peso de las retenciones sobre el sector que sería superior al del año pasado", agregó Trucco.
La presión impositiva no es un tema menor. "La amenaza que siempre pesa sobre el productor es que el gobierno aumente las retenciones porque recauda menos ante la baja del dólar", indicó Santiago Lorenzatti de Aapresid. Para el asesor de la asociación, esto se transforma en un "cuco que anda siempre dando vueltas" en el sector.