| | Conjuntivitis bovina, su prevención y tratamiento
| La Queratoconjuntivitis Infecciosa Bovina (QIB) es una enfermedad infecciosa de etiología multifactorial, que si bien afecta animales jóvenes, puede manifestarse clínicamente en todas las categorías de bovinos. Está caracterizada por lagrimeo, edema (inflamación) de párpados, formación de "nube" blanco amarillenta de pocos milímetros en la córnea hasta ocupar todo el ojo. Este proceso puede demorar una semana en avanzar y en el transcurso de un mes pueden presentar síntomas hasta el 80% del lote. La gravedad de la enfermedad depende de los agentes infecciosos actuantes observándose a campo los cuadros más severos cuando actúa Moraxella bovis en forma combinada con herpes virus bovino (virus de IBR), Branhamella ovis y /o Chlamydias. Se presenta por lo general luego del destete y especialmente en primavera-verano cuando se presentan condiciones predisponentes que hacen a los animales más susceptibles a los agentes causales de origen infeccioso especialmente Moraxella bovis. Deben presentarse distintos factores epidemiológicos que se suman a los agentes infecciosos como: estrés, condiciones ambientales (viento, polvo, aumento de intensidad de rayos solares), físicos (pastos encañados, rollos, alimentos en batea con polvillo) y biológicos (alérgenos en el aire, moscas) entre los más importantes. En nuestro país la QIB se presenta en rodeos de cría, invernada, tambos y feed-lot; la frecuencia de aparición y gravedad varía con los años y las características de cada establecimiento. De todas formas, cuando se presenta clínicamente, ocasiona serias pérdidas económicas (entre $25 y 50/animal afectado) asociadas a pérdida de productividad durante la enfermedad, costo de tratamientos y mayor demanda de mano de obra del personal de ganadería. En establecimientos en los que se realiza un adecuado asesoramiento veterinario, deben sumarse los gastos de honorarios veterinarios y de laboratorio de análisis. En Argentina se han desarrollado vacunas con alta calidad inmunogénica contra los principales agentes causales de QIB (Moraxella bovis, Herpesvirus bovino y Branhamella ovis). Como con toda vacuna, el grado de protección es variable, dependiendo muchas veces de factores no necesariamente relacionados a su capacidad inmunogénica: las vacunas contra la QIB son vacunas inactivadas que necesitan de "repetidas" vacunaciones para lograr inmunizar a los rodeos bajo plan de control y por eso deben diseñarse Programas de Inmunización contra la QIB, teniendo en cuenta los antecedentes de cada establecimiento. Técnicos del Inta Balcarce, de Biogénesis y Laboratorio Azul, recomiendan el registro de los antecedentes, una adecuada anamnesis y diagnóstico de causales, como condición previa al diseño de programas de inmunización para la prevención de la enfermedad. Vacunas desarrolladas localmente, que cuentan con un alto standard de calidad y que incorporan antígenos que actúan en nuestra región, permiten controlar el problema paulatinamente. Sin embargo, recomiendan el manejo de los animales evitando la exposición a algunos factores predisponentes, como complemento de una adecuada estrategia de vacunación.
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