Los incendios cercan a Canberra y ya son cuatro los muertos

No logran controlar el fuego. Cerca de 150 heridos

Por lo cuatro personas murieron, 150 quedaron heridas y 400 viviendas fueron destruidas a causa de los incendios que devastaron los alrededores de Canberra durante el fin de semana, anunciaron ayer los servicios de emergencia australianos.
Tres de los heridos se encontraban en estado crítico y tuvieron que ser trasladados a Sydney, en tanto que 2.500 personas huyeron de sus hogares a medida que progresaban las llamas que se propagaban en tres frentes desde los bosques vecinos hasta los barrios cercanos a la capital.
Según las autoridades australianas, esta es la mayor catástrofe de la historia de Canberra y los bomberos están abrumados por la gravedad de la situación pues sus fuerzas, 450 efectivos, no dan abasto. Incluso un cuartel de bomberos y cuatro de sus vehículos contra incendios se vieron destruidos por el fuego.
Las altas temperaturas y los fuertes vientos unidos a la persistente sequía favorecieron los siniestros, entre los peores registrados en las últimas décadas en Australia.
Un hombre de 61 años y dos mujeres, una de 83 y otra de unos treinta años murieron, se carecen datos todavía de la cuarta víctima. Otras 150 personas están siendo atendidas por quemaduras, inhalación de humo y otras heridas en el hospital de Canberra.
Importantes carreteras tuvieron que ser cerradas al tráfico, se produjeron cortes de electricidad al tiempo que espesas nubes de humo negro cubrían la ciudad y los bomberos se veían superados por la magnitud de los incendios. La espesa humareda que cubre la zona es tan densa que la ciudad se encuentra en medio de la oscuridad en pleno día. Los cortes de electricidad provocaron el sábado gigantescos atascos.
En las zonas más afectadas, los barrios de Weston Creek y Woden, los habitantes declararon que se veían obligados a luchar contra el fuego con meros elementos de riego ya que los aviones para luchar contra los incendios debido a las grandes columnas de humo no habían podido despegar.
La radio Australian Broadcasting Corporation (ABC), indicó que 388 viviendas fueron destruidas por el fuego que se propagaba por la perifera norte, oeste y sud de Canberra. Oficinas, comercios, escuelas, institutos médicos y viviendas estaban aún ardiendo. Las calles presentan un espectáculo de trágica desolación, con vehículos que humean y vidrios calcinados que dan testimonio de lo apocalíptico del desastre. (AFP)

La humareda convirtió el día australiano en noche.