Año CXXXVI
 Nº 49.728
Rosario,
lunes  20 de
enero de 2003
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Cada vez la gente usa más el chaleco salvavidas para cruzar el río Paraná
De 120 controles diarios sólo se hace un 7% de multas

"Los navegantes rosarinos van tomando conciencia de que el chaleco les puede salvar la vida", afirmó a La Capital el encargado de la división Operaciones de la Prefectura Naval Argentina, el oficial Ricardo Gutiérrez. Los controles que lleva adelante la fuerza en el marco del operativo Río y Sol inspeccionan unas 120 embarcaciones por día, de las cuales unas ocho -menos del 7 por ciento- terminan multadas por infracción.
Pese a su optimismo por el efecto que surten los procedimientos en la concientización de los amantes del Paraná, Gutiérrez no olvidó señalar que los más jóvenes, sobre todo los adolescentes que navegan en kayacs o piraguas, representan el segmento de mayor riesgo. Por ejemplo, son quienes usan con menos frecuencia el chaleco y también los más afectos a tomar alcohol alegremente en las islas para luego retornar cruzando el canal.
De las más de 15 mil embarcaciones que constituyen el parque náutico en Rosario, 7.568 son a motor (lanchas, yates y veleros) y otras ocho mil a remo (kayacs, piraguas y botes de pescadores). El número aumenta año tras año, y aunque desde el 2000 la variación no ha sido demasiado significativa, las embarcaciones a remo se duplicaron en los últimos cinco.
Con esas cifras de población volcada al río, es lógico que la Prefectura refuerce sus controles. Por ejemplo, este año el operativo especial de verano arrancó en noviembre y culminará recién en abril, aunque las inspecciones de rutina continúen después durante los meses siguientes.
En esas inspecciones, que se efectúan tanto sobre embarcaciones deportivas como de pasajeros, se verifica que los papeles estén en regla y que se cumplan con todas las condiciones de seguridad, como los chalecos salvavidas y los matafuegos. El acento está puesto en los chalecos, que deben coincidir con el número de embarcados en todos los casos. En las lanchas colectivas, por lo tanto, se controla que no exista sobrecarga en el pasaje.
El operativo fluvial en la zona de Rosario incluye el área comprendida entre el kilómetro 435, frente al muelle de Celulosa Argentina, y el 410, a la altura de Pueblo Esther. También se controlan los riachos interiores, como el Lechiguana, el Chaco o el Paranacito.
De los procedimientos participa la mayor parte del personal de Prefectura, unos 200 hombres, y en ellos se echa mano a casi todos los recursos de que dispone la fuerza, por ejemplo helicópteros, motos de agua y botes plásticos.

Con tormenta, no cruzar
"La concientización va llegando, no tanto como uno quisiera, pero poco a poco los operativos rinden sus frutos", sostuvo el oficial Gutiérrez. Como ilustración, el prefecto relató que en lo que va del verano no hubo muertes por el cruce del río en medio de una tormenta, como sí ocurrió durante la primavera pasada. "Hay que tener claro que no se debe cruzar cuando viene una tormenta, sino esperar en la isla, lo necesario hasta que amaine el viento", recodó.
Ese no fue el único consejo que dio. También alertó sobre algunos inconvenientes vinculados a la creciente del Paraná, como la proliferación de troncos y camalotes a la deriva, donde también viajan alimañas, ofidios y muchas arañas. "Por eso desaconsejamos la navegación nocturna: los objetos que flotan en el río no se ven y puede haber problemas", afirmó.
S.D.



La embarcación debe tener sus papeles en regla.
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