Año CXXXVI
 Nº 49.727
Rosario,
domingo  19 de
enero de 2003
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Mercados
Los posibles escenarios después del acuerdo
El superávit fiscal exigido por el FMI derivará en una mayor presión tributaria. Tiemblan los exportadores

Salvador Di Stefano

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) traza un escenario de estabilidad del dólar, fuerte suba en la tasa de interés y caída en la actividad económica. El acuerdo es de dudosa posibilidad de cumplimiento, hay un cuarto intermedio de 60 días y todo dependerá de cómo se muevan las variables económicas, políticas y sociales en dicho período de tiempo.
El acuerdo con el FMI le permitirá a nuestro país seguir en el escenario económico internacional, realizará los pagos que corresponden y en términos de días los distintos organismos financieros internacionales (FMI, Banco Mundial y el BID) le restituirán los fondos. Por ende, no se perderán reservas de cara al futuro.
El acuerdo es muy duro ya que Argentina se comprometió a un superávit primario del 2,5 por ciento del PBI, que equivale a una suma de 8.500 millones de pesos lo que implica como mínimo duplicar el superávit primario del año 2002. La consecuencia de este acuerdo será que el gobierno en el año 2003 deberá incrementar los ingresos en 5.000 millones de pesos, o bajar el gasto en dicha cifra.
Como no se ve a este gobierno con vocación para bajar el gasto público y la administración tributaria luce muy deficiente, resulta muy probable que el gobierno recurra a mayor presión fiscal para lograr la meta con el Fondo. Los tributos que más rápidamente recaudan son retenciones a la exportación y combustibles.

¿Más retenciones?
Si incrementa la alícuota de combustible esto puede derivar en aumentos de precios. Por esta cuestión no sería ése el camino elegido para equilibrar el presupuesto. Daría toda la sensación de que el gobierno apuntaría a incrementar las retenciones para de esta forma encontrar un doble efecto que es recaudar más dinero y contener los precios internos.
La suba de las retenciones a la exportación atenta directamente contra la inversión ya que cambia la ecuación de los negocios que exportan en Argentina y sientan las bases de una alta inseguridad jurídica y fiscal, lo que frena todo tipo de inversión en este tipo de negocios.
Como el acuerdo con el FMI es de corto plazo y los actores gubernamentales se van el 25 de mayo, es muy probable que esto ocurra ya que de esta forma se salvan en la transición pero le dejan un grave problema a la administración entrante.
En materia monetaria, el FMI exige que se absorban del mercado cerca de 1.500 millones de pesos que se emitieron en el transcurso del mes de enero. Como el gobierno no desea vender reservas es muy probable que trate de absorber estos fondos a través de la colocación de letras del Banco Central (BCRA) a distintos plazos, lo que implicara una suba de la tasa de interés pasiva y activa. Por otro lado, el FMI le prohíbe al BCRA una política discrecional en materia de compra de dólares en el mercado, ya que las reservas en dicha moneda no pueden superar los 11.000 millones de dólares al 30 de junio.
Como conclusión se puede presuponer que habrá un cambio profundo en la política monetaria, en donde el BCRA actuará menos activamente en la compraventa de dólares, y saldrá a manejar la liquidez del mercado absorbiendo fondos con Lebac.
Esto llevará a un escenario económico en el cual el dólar podría permanecer en torno de los 3,50-3,80; tasas de interés muy elevadas y caída en el nivel de actividad. Para los próximos 60 días todos los activos actualizables por el CER son una buena inversión, destacándose el Boden, que sigue en precios deprimidos cotizando en torno de los 150 pesos la lámina.
La tasa de interés en las entidades financieras luce muy baja en función de la inflación proyectada (los bancos pagan un 22% anual en promedio y la inflación proyectada ronda el 35% anual) pero son altamente positivas en dólares si es que el tipo de cambio sigue en los valores actuales.
La Bolsa mostrará un camino alcista pero muy selectivo, vuelve el comportamiento positivo para los bancos y las empresas exportadoras. Las empresas privatizadas mostrarán una buena performance sólo si se autorizan algún aumento de tarifas.
El contexto internacional lucirá muy negativo en función de la mala performance de Estados Unidos y la posibilidad cada vez más cierta de un conflicto bélico, la realidad indica que en materia financiera no hay paz en ninguna parte del mundo, salvo para aquellos que acumularon euros.



Guillermo Nielsen ultima detalles con John Dodsworth.
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