cartas

Capacidad para el asombro

Yo creí que ya no me conmovía nada en esta Argentina. Ilusa de mí. Se sabe que Tucumán es la provincia de la vergüenza, del presupuesto más alto y también con un pavoroso índice de mortalidad infantil, con negociados espurios entre la clase dirigente y con planes Trabajar repartidos indebidamente. Hete aquí que me entero de que se repartieron medallas de oro a toda la dirigencia de la Cámara de Diputados, o sea, una suerte de premio por tanto sudor, por tanto esfuerzo, durante las jornadas parlamentarias. Me pregunto con estupor y bronca: ¿nadie pudo parar tanta sinrazón? ¿No hay nadie que les diga a estos mal nacidos que en lugar de medallas deberían recibir el castigo del soberano, el castigo de todos los argentinos que no tienen un mendrugo en sus hogares para dar a sus hijos? Y aun de todos los ciudadanos que se sientan con ganas de pelear por una Argentina verdaderamente distinta, por un país que merece un destino mejor. Tenemos, compañeros, una gran herramienta, el voto, sepamos usar este derecho y llevemos a los más altos estrados a gente honesta y capaz. Los demás que se vayan. No queremos retornar tampoco al pasado funesto y de sombras. Repito, que se vayan y ¡que se haga la luz!
Nydia Luján