El rapero Eminem resultó el gran triunfador de la trigésima edición de los American Music Awards, al obtener los cuatro premios a los que estaba nominado, en un show plagado de situaciones embarazosas. Eminem fue elegido mejor solista masculino en las categorías de rock/pop y hip-hop, y su disco, "The Eminem Show" resultó premiado como el mejor en los apartados de rock/pop y hip-hop. La joven cantante de rhythm & blues Ashanti fue elegida la artista revelación de 2002 tanto en la categoría rock/pop como en la de hip-hop. En cuanto a la música latina, el español Enrique Iglesias fue elegido el mejor artista del año. La transmisión de la ceremonia desde el Auditorio Shrine de Los Angeles no sólo se vio ensombrecida por la constante intervención de los censores, que iban superponiendo pitidos a los insultos y maldiciones que salían de la boca de la familia del veterano rockero Ozzy Osbourne, moderadora de la gala. Detrás del escenario, la presunta vinculación de Pete Townshend, el líder de los Who, con un escándalo de pornografía infantil generó intensos debates. Elton John, que abrió la ceremonia cantando a dúo con Tim McCraw su hit "Tiny Dancer", dijo que estaba totalmente consternado, porque Townshend es un íntimo amigo suyo. "Mi pensamiento está con él", añadió. Muchas de las estrellas manifestaron la esperanza de que las sospechas que pesan sobre el líder de los Who sean infundadas. Debido a la preocupación entre bambalinas por las consecuencias de las sospechas de pornografía infantil para la imagen del mundo del rock y el pop, casi pasaron inadvertidas las situaciones embarazosas que tenían lugar en el escenario. Entre ellas figura, además de la enervante censura de la muchas veces utilizada palabra "fucking" pronunciada por parte de los Osbournes, el hecho de que un montón de artistas no aparecieran a recibir sus galardones, los segundos más importantes en Estados Unidos después de los Grammy. Con cuatro disculpas, Eminem encabezó la lista de los ausentes, seguido de los Dixie Chicks y de los Creed, grupos que fueron distinguidos con dos American Music Awards cada uno. Tampoco Mary J. Blige, elegida mejor artista de r&b del año, se presentó en la ceremonia. Sheryl Crow, ganadora del premio a la mejor solista femenina de rock y pop del año, aprovechó la gala para protestar contra los planes bélicos del gobierno estadounidense con respecto a Irak. "La guerra no es la respuesta", se leía en su remera. La cantante fue ovacionada por el público y detrás del escenario dijo a los periodistas: "Las guerras surgen sólo por ambición y pueden tener como consecuencia terribles actos de represalia. Por eso, ni siquiera las figuras del mundo del espectáculo pueden permanecer ajenas a la situación", añadió. En la vereda de enfrente, el ex presidente George Bush presentó el premio al mérito, destinado este año a la agrupación de música country Alabama. En una nota de patriotismo, la banda hizo mención de los efectivos militares estadounidenses que se están preparando para un eventual combate en el exterior. Entre las actuaciones destacadas de la noche figuró la de Christina Aguilera, más vestida de lo habitual. Mariah Carey presentó su nuevo single, "Through The Rain", dejando en claro que superó con éxito los meses de tratamiento psiquiátrico del año pasado. Las nominaciones a los American Music Awards se basan en el éxito comercial de los CDs y singles. La última palabra la tienen 20 mil aficionados a la música elegidos al azar. Estos galardones son considerados importantes indicadores de lo que puede ocurrir en la entrega de los prestigiosos Grammy a fines de febrero. También en esos premios, Eminem es uno de los grandes favoritos, así como el veterano rockero Bruce Springsteen. "El jefe" cuenta con varias nominaciones por el disco "The Rising", sobre las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre. En los American Music Awards, Springsteen no fue tenido en cuenta por el escaso éxito comercial de su álbum.
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