El martes a las 7 de la tarde sonó el teléfono en la casa de Karina Recoaro. "La tenemos secuestrada a tu vieja y ya la sacamos de tu provincia", dijo desde el otro lado de la línea una voz masculina, con acento cordobés, que exigió las claves de 20 tarjetas telefónicas de diez pesos y 5 mil dólares como recompensa. Como los "secuestradores" no pudieron dar precisiones sobre la identidad de su madre, Karina sospechó y logró ubicar a la mujer antes de acceder a la exigencia de los falsos captores. Casos como éste se repiten en la ciudad desde que una nueva modalidad delictiva ganó terreno entre los delincuentes: hacen un llamado por cobro revertido, anuncian el rapto de algún familiar y exigen el pago de una determinada suma en códigos de tarjetas telefónicas. Fruto de la desesperación, muchos caen en la trampa. En la Jefatura de policía de Rosario fueron reportados unos seis casos en los últimos tres meses. En un "20 por ciento", según un investigador, las víctimas accedieron a la exigencia de los maleantes. No existe un patrón común entre esos episodios, más allá de que los estafadores suelen manejar una mínima información sobre la familia. "Juegan con la ingenuidad de la gente", arriesgó la fuente. A Karina Recoaro, de 29 años, la imprecisión de los estafadores le permitió zafar del engaño. El martes pasado a las 19 recibió un llamado por cobrar en su casa de Barrio Belgrano, donde vive con su esposo y sus dos hijas. El interlocutor no se identificó. Sólo se escuchaba un fuerte ruido de fondo, pero como algunos familiares de la mujer se encontraban de vacaciones, decidió recibir la comunicación. La voz de un hombre de unos 30 años con inocultable tonada cordobesa preguntó por su padre. A Karina la extrañó el pedido, porque sus padres viven en otra casa ubicada a una cuadra de la suya. Entonces el cordobés anunció que habían secuestrado a su mamá. "¿De quién me estás hablando? Dejame hablar con ella", fue la primera reacción de la mujer. Cortante, el sujeto le aclaró que era él quien hacía las preguntas y sin dar más datos dijo que volvería a llamar en 20 minutos. En ese lapso, Karina intentó contactarse con tu madre, Estela, de 54, a través de un celular. "Mi mamá había ido al Heca a cuidar a su hermana internada, pero por vía telefónica nos resultó imposible comunicarnos", contó Karina. A los 5 minutos los captores insistieron y atendió el marido de Karina, pero los estafadores volvieron a responder con evasivas sus preguntas. "Yo estaba con un ataque de nervios tratando de de ubicar a mi mamá. En el Heca nos dejaron como 20 minutos colgados del teléfono. Finalmente la encontró mi hermano, que fue a buscarla en auto, pero ella no estaba enterada de nada. Fue desesperante. Lo que me llamó la atención fue que la comunicación coincidió con un horario en que ella no estaba en su casa. Creo que tiraron el dato para ver cómo reaccionaba yo", señaló Karina. La mujer intentó radicar la denuncia en la comisaría 14ª pero se encontró con dificultades: "Primero me sugirieron que no era necesario porque a mi mamá no le había pasado nada y después me dijeron que volviera más tarde porque estaban ocupados con un procedimiento".
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