El Vaticano. - Poniendo al Vaticano en camino a una colisión diplomática contra Estados Unidos, el Papa Juan Pablo II condenó una posible guerra contra Irak, al decir que podía evitarse y que sería "una derrota para la humanidad". Juan Pablo II dijo: "¡No a la guerra! La guerra no siempre es inevitable. Siempre es una derrota para la humanidad". El Papa condenó la guerra en su discurso anual sobre "el estado del mundo", a diplomáticos de 175 países acreditados ante el Vaticano. Varios diplomáticos dijeron que sus palabras duras y claras parecían indicar el inicio de una nueva crisis diplomática con Estados Unidos, una repetición de la que se registró entre la Santa Sede y Washington durante la Guerra del Golfo Pérsico en 1991. "¿Y qué vamos a decir de la amenaza de una guerra que podría golpear a Irak, la tierra de los profetas, un pueblo que ya ha estado dolorosamente a prueba por más de 12 años de embargo?", comentó el Sumo Pontífice. "La guerra no es nunca sólo otro medio que uno puede elegir para resolver las diferencias entre naciones", afirmó el Papa, en una clara referencia a la acumulación de fuerzas militares para una posible guerra de Estados Unidos contra Irak. "La guerra en sí misma es un ataque contra la vida humana, ya que deja tras de sí sufrimiento y muerte. La batalla por la paz es siempre una batalla por la vida", agregó. El Papa dijo que las leyes internacionales y la diplomacia son los únicos caminos válidos para resolver las diferencias entre los países. Las declaraciones del Papa fueron una referencia a las enseñanzas de la Iglesia Católica respecto a una "guerra justa". Durante la Guerra del Golfo en 1991, las relaciones entre el Vaticano y Washington se tensaron porque el Papa se negó a declarar de manera inequívoca que el conflicto era "justo". La Iglesia considera que una "guerra justa" requiere que el uso de la fuerza militar cumpla con una serie de rigurosas condiciones de legitimidad moral. También dice que primero se deben agotar todos los otros medios y que el uso de la fuerza debe ser proporcional al mal que se trata de rectificar. La reiterada oposición del Papa al embargo de las Naciones Unidas contra Irak, impuesto desde la invasión a Kuwait en 1990, es otra área de disputa diplomática con Washington. Pero no sólo el Sumo Pontífice manifestó su oposición a la guerra. La opinión pública en Europa y Estados Unidos se muestra cada día más reticente ante una posible intervención armada en Irak. A pesar de que los tambores de guerra parecen sonar cada día con más fuerza en el gobierno estadounidense, el resto del mundo no oculta su escepticismo y su temor a las consecuencias de esta guerra. En Gran Bretaña, el 58% de los británicos piensa que Saddam Hussein no representa una amenaza lo suficientemente grave como para justiciar un conflicto bélico, según un sondeo publicado ayer. Solo el 13% de los encuestados por el instituto YouGov apoyaría una participación británica a una intervención en Irak sin luz verde la ONU en tanto que un 53% lo haría si se cuenta con autorización de la organización internacional. En Estados Unidos -que desplegó una fuerza militar en la región que llegará a 150.000 hombres en febrero, según el New York Times- dos tercios de los norteamericanos declaran oponerse a una intervención unilateral en Irak sin apoyo de la ONU, según un sondeo publicado el domingo. Sin embargo, un 83% de los estadounidenses dicen ser favorables a la guerra si ésta cuenta con el apoyo de la ONU. Para Francia, uno de los países más firmemente opuestos a una guerra en Irak, sólo la plena cooperación iraquí con los inspectores de la ONU que verifican si posee armamento prohibido, evitará la guerra. En Bagdad, las autoridades locales afirmaron que seis iraquíes resultaron heridos ayer en bombardeos estadounidenses y británicos que tenían como blanco a objetivos civiles en la provincia de Bassora, al sur del país. Poco antes, el Pentágono anunció que aviones aliados bombardearon un lanzador de misiles situado cerca de Bassora, que representaba una amenaza para los barcos en el golfo. Además, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, afirmó que Saddam Hussein se mantendrá en el poder "hasta el último disparo iraquí". "Saddam jamás abandonará su país y permanecerá en él hasta el último disparo iraquí", declaró Aziz a la cadena BBC, desmintiendo los rumores sobre un posible exilio forzado del líder. El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, había afirmado recientemente que la partida de Hussein podría aún evitar una guerra contra Irak. (AFP, Reuters y DPA)
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