Rodolfo Montes / La Capital
Tiene 77 años y lleva con orgullo las marcas en el cuerpo de una vida guerrera. Siempre militó en el socialismo, fue uno de los fundadores de la central gremial docente más importante del país (la Ctera), sufrió el escarnio en las cárceles de la dictadura de Videla y compañía, es diputado nacional y una cuestionable decisión de la Justicia lo dejó fuera de la banca como senador nacional, que obtuvo en las elecciones de octubre de 2001. Ahora encabeza el binomio socialista para el próximo 27 de abril, junto al rosarino y también diputado nacional Rubén Giustiniani. "Las leyes laborales y la justicia social las trajimos los socialistas", recordó el legislador, y agregó que "en 108 años de historia el partido no tuvo ningún dirigente en el banquillo de los acusados". En exclusiva con La Capital, desplegó su ya famoso perfil de contador de cuentos y humorista, mezclado con gestos de paternalismo y seductores relatos sacados de un anecdotario que sólo una vida intensa y extensa pueden ofrecer. -¿Qué valor le da a esta primera candidatura a presidente en su carrera política? -Es una gran distinción que mis compañeros me hayan elegido. Y desde el punto de vista político me alegra muchísimo que el socialismo vuelva a reafirmar su identidad presentando una fórmula propia para las elecciones. -¿Qué tiene para ofrecer el socialismo en medio de la crisis? -Muchas cosas, porque ¡ojo!, no nos olvidemos de que las leyes laborales y la justicia social la trajimos los socialistas a la Argentina y tampoco nos olvidemos de que en 108 años de historia este partido no tuvo ningún dirigente sometido al banquillo de los acusados. Nuestra máxima de "manos limpias y uñas cortas" la cumplimos a rajatabla. -¿Cree que los dos grandes partidos nacionales están agotando su ciclo histórico? -Las crisis que viven los grandes partidos populares como el radicalismo y el justicialismo no podemos decir que sean definitorias. Siempre han tenido grandes caídas pero luego se han levantado. El justicialismo volvió después de 17 años de exilio de su conductor (en 1973) y ahora también puede volver después de la década menemista, de entrega descarada del patrimonio nacional. Está abierta esa posibilidad, hace muchos años que no tenemos un gobierno justicialista en la Argentina. El radicalismo también puede resurgir, como lo hizo en varios momentos de su larga historia. -¿Qué balance hace del divorcio político con Elisa Carrió? -A Elisa Carrió le dimos el sustento político desde el primer momento. Al ARI lo creamos prácticamente los socialistas. Carrió es una mujer capaz con un enfoque progresista de algunas cosas. Después Lilita nos quiso hacer firmar un contrato de adhesión incondicional, pero los socialistas queríamos una coalición, queríamos participar, estar en todas las resoluciones y no enterarnos por los diarios. Y entonces dijimos no, para no caer en un fracaso más. -¿Carrió lo decepcionó? -Diría que se mostró tal cual es, su verdadera esencia, que nosotros no supimos ver con claridad desde el comienzo de nuestra relación política. -¿El proyecto Giustiniani por la despenalización parcial del aborto fue el motivo verdadero del alejamiento entre el PS y el ARI? -Ese proyecto de Giustiniani y otros compañeros no hizo más que repetir lo que nosotros venimos peleando de toda la vida: el derecho que tiene toda mujer a disponer de su cuerpo. No somos quienes para decirle a una mujer "usted no puede hacer tal o cual cosa con su cuerpo". En todo caso podemos advertir sobre los perjuicios que provoca en la salud tomar determinadas acciones. Pero no podemos ser determinantes. -¿Lo sorprendió que Carrió responda con tanta furia ante la presentación del proyecto? -La verdad es que no. En los últimos tiempos Lilita desarrolló un fervor religioso tal que la hizo modificar ciertas concepciones políticas en las que teníamos acuerdo hasta no hace mucho tiempo. -¿Cuál es su valoración sobre su propia candidatura a presidente ante la posibilidad que plantearon algunos de impulsar a Hermes Binner? -Desde un principio en el partido pensábamos que la fórmula podía ser Binner-Bravo. Pero Binner da sus razones políticas y personales que son atendibles. Uno no puede violentar la esfera volitiva del compañero intendente de Rosario, para imponer lo que el partido tal vez hubiera necesitado. -¿Usted hubiera preferido ir en la fórmula acompañando a Binner? -En principio me parecía una buena opción porque Binner representa la experiencia en la gestión de gobierno, el reconocimiento en ese sentido y yo la lucha por los derechos humanos. Pero no quiero empañar de ninguna manera los méritos de Rubén Giustiniani ni las razones de Hermes para desistir de esta candidatura. -¿Está preparado para andar por el país y hacer la campaña política? -Ya recorrí el país cuando creamos la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) en el año •73. Después hice otro tanto con la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Y además soy un hombre del interior, así que no me asusta viajar o contactarme con la gente. Es algo que siempre hice y me siento muy querido por casi todos.
| El legislador reinvindicó "el derecho de la mujer". | | Ampliar Foto | | |
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