Esta noche regresarán a Rosario los expedicionarios que participaron durante más de una semana del quinto cruce a la Cordillera de los Andes, organizado por la Asociación Cultural Sanmartiniana Cuna de la Bandera. El viaje no sólo incluyó aventura, emoción, clases de historia referidas al Padre de la Patria y a la guerra de Malvinas. En medio de la travesía, una pareja decidió casarse en la alta montaña, a 3.150 metros de altura.
"Fue mucho más hermoso de lo que me había imaginado". Con esa frase, María Fernanda Larretegui, de 29 años, resumió sus sensaciones después de haber contraído matrimonio con Julio Arias, de 33.
La misa se realizó el domingo, poco después de las 18 en la capilla de Las Cuevas y fue celebrada por el padre Santiago, un sacerdote afincado en Uspallata.
La idea de dar el sí en plena cordillera había surgido en enero de 2000. "Cuando llegamos por primera vez al Cristo, tuve una emoción muy fuerte. Sentí que quise casarme en ese mismo momento y en ese lugar", comentó Julio. Cuando se lo comentó a su novia, la respuesta fue directa: "Ni loca", le dijo entonces "Fer" -como la llama su flamante esposo-.
El arquitecto oriundo de Quilmes, pero radicado en Rosario, tuvo casi tres años para convencer a la joven de casarse a 4.200 metros sobre el nivel del mar. Finalmente, el domingo lograron concretar el "sueño".
"Fue una ceremonia hermosísima, donde lo más importante fue lo que sentíamos y no hubo nada superficial", definió la novia. El casamiento se realizó después de una larga jornada de cabalgata. Los expedicionarios habían partido a primera hora de la mañana del domingo desde Uspallata. Tras extensas horas de ascenso por cornisas escarpadas, alcanzaron el objetivo más buscado desde el inicio de la travesía: llegar al pie del Cristo Redentor.
Como todos los años cuando se realiza el cruce de los Andes, la emoción desbordó en los más de cien expedicionarios que llegaron a destino.
Luego del acto al pie del monumento, los aventureros sanmartinianos iniciaron el descenso. En Las Cuevas, a 3.150 metros, se realizó el casamiento de Julio y de María Fernanda.
Ramo de flores silvestres
El padre Santiago abrió la capilla del lugar y algunas expedicionarias limpiaron el recinto. "Me acomodé un poco la ropa, el pelo y nos casamos", comentó la novia, cuyo ramo fue armado con flores silvestres que los compañeros de ruta recogieron en la zona.
Tras la ceremonia, el sacerdote obsequió al matrimonio la Virgen del Carmen del Cuyo, que había acompañado permanentemente a la expedición.
"Recibimos muchísimas muestras de cariño de quienes estuvieron con nosotros durante el viaje", dijeron los jóvenes, quienes pasaron su noche de bodas en una suite del segundo piso del casino de oficiales del Ejército, en Puente del Inca.
El quinto cruce a los Andes finalizó ayer, cuando los expedicionarios de distintos puntos del país, evocaron el combate de Chacabuco. Luego emprendieron el regreso. Cada uno partió hacia la provincia de origen, para dejar atrás la alta montaña, el frío y las mulas. Guardaron sus pertenencias y se llevaron como tesoro, la experiencia de haber pisado los senderos que recorrió San Martín.
El arribo del grupo de jinetes rosarinos está previsto para hoy a las 20 y el punto de llegada será el Monumento a la Bandera, desde donde partieron el 5 de enero pasado.