Las operaciones en el mercado de granos se paralizaron ayer, luego de que el gobierno publicara en el Boletín Oficial la ley que reduce un 50% la alícuota del IVA para la venta de granos. Más allá de la oposición que las entidades agropecuarias expresaron frente a la medida, la ausencia de operaciones se debió a las lagunas normativas que aún exhibe la resolución y, por ende, a que los operadores no sabían cómo facturar. Por si esto fuera poco, el gobierno vetó un artículo que extendía la rebaja de la alícuota a la venta de fertilizantes, aumentando los perjuicios que ocasiona a los productores la acumulación de créditos fiscales.
A pesar de las innumerables reuniones que las entidades de la producción mantuvieron con funcionarios del gobierno hasta el jueves mismo, y a la esperanza de que el Ejecutivo vetara la ley aprobada por el Congreso el 18 de diciembre pasado, apareció finalmente publicada ayer en el Boletín Oficial la norma que reduce a la mitad la alícuota del IVA para la venta de los granos.
Esta medida es ampliamente rechazada por los productores debido a que no se extiende a lo principales insumos que compra el sector, que pagan la alícuota general. De esta forma, acumulan saldos a favor de IVA que, al ser imposibles de cobrar, se convierten en un verdadero préstamo a tasa cero para el Estado.
El presidente de la Sociedad Rural de Rosario, Miguel Calvo, señaló que para las entidades de la producción la sanción del IVA diferencial es "una traición" de legisladores y funcionarios ya que en distintas reuniones que mantuvieron en el Parlamento "se habían mostrado de acuerdo con nuestros argumentos respecto de que la reducción asimétrica de la alícuota llevará a la descapitalización de los empresarios agropecuarios".
Según distintos analistas privados, en sector granario acumula créditos fiscales de IVA por 4.500 millones de pesos, que hasta el año 2001 eran también dólares pero no tuvieron ningún tipo de actualización. Un cálculo hecho por la Sociedad Rural de Rosario para una producción de maíz de un rendimiento promedio de 54 quintales por hectárea, sobre un precio de 278 pesos por tonelada, arrojó como resultado que el saldo a cobrar por IVA es de 178,12 pesos por hectárea. El trabajo incluye el impacto de una retención por el impuesto al productor del 6%, aunque en la nebulosa de la normativa no se sabe aún qué pasará con este tema.
"En los casos de maíz y trigo la descapitalización que se produce es mayor que en soja, porque en este último caso se usa mucha semilla propia y hay menos fertilización, con lo cual la primera conclusión que se puede sacar de esta medida es que la oleaginosa le seguirá sacando área a los otros dos cultivos, y a la vez presionando a la baja a su propio precio", señaló Calvo, quien agregó que "otro efecto que tendrá, por el impacto que tiene el hecho de que le flete sigue gravado con el IVA general, es que se encarecerá el costo de producción en zonas alejadas y por ende no podrá expandirse la frontera agrícola".
La ley 25.717 que redujo la alícuota del IVA para la venta de granos fue aprobada a mediados de diciembre por el Congreso y promulgada ayer por el Poder Ejecutivo. Junto a esa promulgación, el gobierno publicó las observaciones a la ley, en el cual se elimina la reducción que los legisladores habían impuesto también a las ventas de los fertilizantes. De esta forma, los productores deberán pagar por la mayoría de los insumos clave la tasa general del impuesto mientras que al momento de vender, podrán cobrar sólo la mitad.
Pero la confusión que paralizó ayer las operaciones se originó porque aún quedan aspectos importantes para resolver en torno de esta medida. La primera duda llegó con la incertidumbre respecto de la entrada en vigencia. La ley fijaba el mes de agosto de 2002 y, si bien el gobierno modificó en el decreto complementario esa fecha para evitar que tuviera efecto retroactivo, no aclaró cuándo comenzaba a regir.
A partir de allí, una interpretación indicaba que la entrada en vigencia se producía ocho días después de que se publicara la ley. Finalmente, la Afip zanjó las dudas y confirmó que la rebaja de la alícuota del IVA rige desde el día de ayer.
La otra duda, que recién se develaría el lunes, es el porcentaje de retención que tendrán los productores sobre el impuesto que cobran por cada venta. Hasta que se instrumentó la rebaja transitoria del IVA del 21% al 19%, los productores recibían el 9% del impuesto y se les retenía el 12%. Con la reducción, esas alícuotas también bajaron.
Por otro lado, la rebaja transitoria del IVA vence el 17 de enero y, aunque el gobierno estudia extenderla, todavía no hay decisión al respecto. Hasta esa fecha, el IVA a liquidar por las ventas sería del 9,5%.
Para Calvo, de la Sociedad Rural, con la nueva alícuota no debería haber retenciones, al igual que debería eliminarse el nuevo régimen que iba a entrar en vigencia en marzo próximo, que elevaba al 18% el porcentaje del impuesto a retener.
La conclusión es que el centro que agrupa a los corredores sugirió a través de un comunicado "no facturar lo que corresponda con la nueva alícuota mientras no quede definida y/o publicada el nuevo porcentaje de retención".
Usda bajista
Enfrascados los operadores en estas discusiones, no se concretaron ayer operaciones en el mercado disponible local, más allá de algunas ofertas aisladas. De esta forma, los productores postergaron el impacto que tuvo en el mercado internacional un informe netamente bajista del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda).
El Usda incrementó las estimaciones de producción de soja en Estados Unidos a 74,3 millones de toneladas, desde las 73,2 millones de toneladas estimadas en el reporte de diciembre pasado. Además elevó los stocks en ese país a 5,17 millones de toneladas y subió las proyecciones de producción de la Argentina en un millón de toneladas. Con estos datos se originó una corriente vendedora de los fondos de inversión en Chicago. El Usda también subió las estimaciones sobre stocks finales de maíz y de trigo.
"El gobierno actúa impositivamente frente al campo como si los precios internacionales se fueran a mantener altos toda la vida, y esto no es así", se quejó el titular de la Sociedad Rural de Rosario.
La ofensiva fiscal sobre el sector no se limita a la reducción asimétrica del IVA, sino que incluye la negativa a aplicar el ajuste por inflación al impuesto a las ganancias y a la posibilidad de subir las retenciones. El tarifazo en la tarifa de peaje de la hidrovía tampoco contribuye mucho a mejorar los costos del sector y, si algo faltaba, un nuevo frente de conflicto se abre con la decisión de economía de pesificar las deudas por el Factor de Convergencia que tiene con los exportadores.
La Ciudad
