Año CXXXVI
 Nº 49.719
Rosario,
sábado  11 de
enero de 2003
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Editorial
La Corte sometida

La asunción del ex senador cordobés por el Partido Justicialista Juan Carlos Maqueda como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en reemplazo del rosarino Gustavo Bossert, ha generado críticas de distintos sectores de la vida pública nacional. Los cuestionamientos apuntan al modo en que fue designado, a su posición tomada respecto a la redolarización de los depósitos atrapados en el corralito, tema sobre el que la Corte debe expedirse a más tardar los primeros días de febrero, e incluso sobre las cualidades y los méritos jurídicos del ex legislador peronista, ligado por otra parte a un probable candidato a presidente de la República, el también cordobés José Manuel de la Sota.
Maqueda llegó al máximo tribunal de la Nación en tiempo realmente récord: desde que comenzó a instalarse como probable candidato hasta que finalmente prestó juramento como ministro no transcurrieron más de treinta días. Los rumores y especulaciones sobre su elección como parte de un acuerdo político entre el duhaldismo y ciertos sectores del radicalismo, básicamente aquellos que aún responden al ex presidente Raúl Alfonsín, afectan una vez más la desgastada imagen de la Corte, acaso uno de los organismos de la República con mayor descrédito entre los ciudadanos comunes.
Un detalle que afecta seriamente la imagen de independencia e imparcialidad que debe irradiar la figura de un ministro de la Corte lo constituye el hecho de que hasta hace unas pocas semanas era nada más ni nada menos que el presidente provisional del Senado y, como tal, el número uno en una eventual sucesión presidencial. Pero hay otro dato que socava aún más lo que no pocos consideran dudosa legalidad del flamante ministro: como senador, el cordobés votó a favor de todas las normas que impusieron la pesificación forzosa de los depósitos en dólares. Y en los últimos días expresó públicamente su opinión de que el máximo tribunal no debe expedirse sobre la redolarización, un tema que para él debe ser resuelto por el Ministerio de Economía.
Esta posición no es ni más ni menos que la del gobierno que encabeza Eduardo Duhalde, quien viene presionando con fuerza sobre la Corte para que no emita un fallo que, en caso de establecer que los depósitos en moneda estadounidense deberán ser devueltos en esa divisa, lo volvería a poner en disidencia con el FMI para reprogramar los vencimientos de la deuda argentina de los próximos meses.
En definitiva, lo que se cuestiona es la notoria falta de independencia de Maqueda en estos temas. Una vez más parece llegar a la Corte alguien que se destaca por su amistad, disciplina y hasta sometimiento con el gobierno de turno antes que por sus antecedentes jurídicos, su apego a la Constitución y las leyes y su independencia. Justamente los aspectos que más se critican de la abrumadora mayoría de los miembros del máximo tribunal.


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