Isolda Baraldi / La Capital
El cartel del Centro de Salud Laureano Maradona que anteayer decía "cerrado por saqueo" fue reemplazado ayer por otro que indica: "Hoy se atiende con normalidad". En menos de 24 horas los vecinos del barrio Bella Vista Oeste revirtieron los carteles y la situación. Es que anteayer a la madrugada el humilde centro médico fue saqueado por un grupo de delincuentes que se llevaron desde los tubos de oxígeno hasta el anafe de la precaria cocina, incluidos remedios y leche. La indignación se apoderó de los vecinos, quienes por la tarde tomaron el asunto en sus manos. Así, un grupo se internó en los pasillos de la villa miseria que está justo atrás del inmueble de Carriego 1848, recuperaron la mayoría de los elementos sustraídos y los devolvieron al dispensario sin intervención policial. La historia es cotidiana en la zona, como en otros barrios de Rosario: alta densidad de población y gravísimos problemas sociales; indigencia, falta de trabajo, villas miseria, niños desnutridos, inseguridad y violencia, consumo y venta de drogas y de alcohol. En ese marco hay grupos de jóvenes y adolescentes que de día y de noche amedrentan a los vecinos con hurtos y robos permanentes. Pero anteayer a la tarde las mismas personas que se atienden en el centro de salud resolvieron defender la atención en el dispensario y enfrentarse a los ladrones del barrio. Entonces se dirigieron a una de las casillas levantadas en la villa de atrás del centro y negociaron con la pandilla la recuperación de los elementos a cambio de no hacer la denuncia en la comisaría, aunque "por última vez". El secretario de Salud municipal, Miguel Angel Capiello, admitió que el centro atendió ayer normalmente gracias a la acción del barrio. "Los mismos vecinos fueron en busca de los elementos robados porque conocen a los que se los habían llevado", señaló el funcionario. "Las cosas aparecieron. No sabemos cómo, pero sí sabemos que todos los vecinos se solidarizaron y salieron a buscar lo robado", dijo con cautela Marcela, encargada de distribuir los turnos en el concurrido dispensario. Sin medias tintas, Jorgelina advirtió: "Los conocemos a todos, a veces se los lleva la policía y a los dos días vuelven para acá. No se puede seguir así". La mujer se atiende desde hace años en el centro y aplaudió el accionar de los vecinos que recuperaron lo robado. Yamila, 27 años, es beneficiaria de un plan Jefes y Jefas de Hogar y hace unos meses se incorporó a la actividad del centro. "Esto es así, nos estamos robando entre nosotros, porque todo el barrio sabe quiénes son. La comunidad depende de este lugar porque se entrega la leche, se atiende a todo el mundo, y se dan los medicamentos, si se cierra es un desastre", reconoció. El consultorio se instaló a instancias de la vecinal del barrio y la actividad es febril. Más de 200 consultas diarias, de diferentes especialidades como pediatría y ginecología; laboratorio de análisis, entrega de medicamentos y de leche en polvo. "Acá, la mayoría de las cosas las aportaron los vecinos, como el anafe, la heladera, muchísimas cosas son de la gente que las acerca. Acá la Municipalidad lo único que pone son los medicamentos y los profesionales", señaló Yamila. En voz baja, los propios pacientes murmuran y comentan cómo fue la recuperación. Algunos dijeron que una vecina de la villa avisó, pero los relatos más firmes dieron cuenta que un grupo fue a una casilla y negoció el rescate de los elementos. "Es la única manera de que se dejen de joder, y de que entiendan que estos robos no se pueden hacer más porque es robarnos a nosotros mismos", afirmó Ramón con una bebé en brazos.
| El dispensario "cerrado por saqueo" volvió a funcionar. (Foto: Gustavo de los Ríos) | | Ampliar Foto | | |
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