Los cuatro hombres esperaban en el barrio Echesortu el momento oportuno para dar el golpe. A unas dos cuadras, un camión de caudales retiraba casi un 1.500.000 pesos de una sucursal del Banco Nación. Un llamado anónimo recibido en la base de operaciones del Comando Radioeléctrico alertó sobre la presencia de una cupé Suzuki que desde hacía un rato estaba estacionada a unos 200 metros. Un patrullero acudió al lugar, los sospechosos aceleraron el auto y comenzó una espectacular persecución con balazos que sobrevolaron varias calles de la zona oeste de la ciudad.
Cuando los policías y los sospechosos llegaron a la esquina de de Avellaneda y San Juan, en alocada carrera, un proyectil disparado presuntamente por los maleantes atravesó la vidriera de la agencia de una compañía de seguros e hirió a una clienta y al encargado. La astilla de una ventanilla baleada lastimó en un ojo al agente Alexis Cali. El frenesí terminó cuando los uniformados alcanzaron al Suzuki en una villa de emergencia de Ituzaingó al 4700. Allí cayó uno de los ocupantes. Los otros tres ya se habían bajado del vehículo y fueron apresados en un rancho del asentamiento de Cerrito al 4000.
Pasó un día después de que la policía provincial reforzara el alerta bancario dispuesto para evitar asaltos a bancos en el sur de la provincia. Eran las 2 de la tarde y el Suzuki Swift de dos puertas y de color rojo hacía un rato que estaba detenido en la cortada de Marcos Paz y Lavalle, la zona bancaria de la zona oeste de la ciudad. Un vecino de la zona y un policía que custodiaba un banco ubicado sobre la calle Mendoza sospecharon de los movimientos de los ocupantes del auto.
Los dos avisaron al operador del Comando Radioeléctrico. Ya habían transcurrido veinticinco minutos cuando un camión blindado retiraba 1.400.000 pesos de la sucursal del Banco Nación de Mendoza y Castellanos. Casi al mismo tiempo, una patrulla arribó al lugar. Cuando los ocupantes del auto la divisaron huyeron por Marcos Paz mientras el patrullero los seguía de cerca.
Los policías y los maleantes recorrieron entonces varias calles situadas en la jurisdicción de la seccional 6ª hasta que llegaron al bulevar Avellaneda. Allí comenzó el primer intercambio de disparos entre los efectivos y los cuatro hombres que iban en el Suzuki. Apenas los dos vehículos doblaron por San Juan hacia el oeste el tiroteo fue pleno.
Dos heridos
Un balazo atribuido a uno de los delincuentes atravesó el cristal de la vidriera de la agencia de la empresa de seguros San Cristóbal situada en Avellaneda al 1100. Allí estaban el encargado de la firma, Daniel Piga, de 46 años, y una cliente de apellido Giordano, de 54 años. En su recorrido, el proyectil perforó la mano derecha de la mujer y después rebotó en el brazo izquierdo de Piga, donde quedó alojada una esquirla.
Giordano quedó internada en la sala de guardia del Hospital de Emergencias porque debía ser operada porque sus dedos que, según contó Piga, "no tenían movilidad". Los dos heridos sólo divisaron cómo la persecución continuaba a los tiros por la zona oeste de la ciudad. Ya para entonces, tres de los supuestos ladrones habían descendido del auto y continuaban el escape a pie. Habían llegado a 9 de Julio al 4300 cuando intentaron treparse a la cabina de un camión fingiendo ser repartidores. El chofer no les creyó y apuró el paso. Los tres terminaron sobre el pavimento. Allí tiraron una de las cuatro armas secuestradas, una pistola calibre 11.25 y desaparecieron.
El cuarto hombre manejaba a gran velocidad el Suzuki. En el cruce de avenida Pellegrini y Campbell, otra unidad del Comando Radioeléctrico distinguió el paso del auto. El sospechoso siguió por la segunda calle y dobló hasta Ituzaingó al 4700. Allí en una pasaje de tierra bordeado por una villa realizó el último intento para escapar del asedio policial.
Se tiroteó con los efectivos pero terminó apresado. El Suzuki con la patente embarrada terminó con un balazo en la luneta. A Diego Ferreyra, de 27 años, le incautaron un revólver calibre 22. Sus tres cómplices todavía estaban prófugos. Un rato después ocurriría un nuevo enfrentamiento en las vías paralelas a Felipe Moré. La balacera terminó en una rancho de Cerrito al 4000 cuando los tres hombres fueron apresados. Cuando cayeron presos tenían dos pistolas nueve milímetros, capuchas y una gorra. Una fuente policial los identificó como Sergio Fernández, de 36 años; Juan Ayala, de 23, y Roberto Campos, de 27 años.