Mariano Bereznicki / La Capital
Cuando eleve su mirada y se encuentre con el cielo mendocino deberá olvidarse por varios minutos de que su futuro puede cambiar a partir de esa noche. Es que para Fernando Lingiardi el 19 de enero puede llegar a ser el principio de una carrera con la que siempre soñó. Porque desde muy pibe anheló codearse con los grandes como relator de fútbol. Y gracias a la interesante propuesta lanzada por el diario deportivo Olé y Radio Mitre, Fernando puede llegar a cumplir ese sueño. Es que además de estar entre los 8 finalistas de un casting para reemplazar a Alejandro Fantino, hay que agregarle que relatará el primer superclásico del año entre River y Boca, que se jugará en Mendoza el 19 de este mes. -¿Sabías del casting que haría radio Mitre para suplantar a Alejandro Fantino como relator? -Me enteré leyendo Olé. Había dos maneras de hacer la prueba. Una era ir a Buenos Aires y la otra enviar un demo. Opté por la segunda opción, dicho sea de paso me resultaba más barata. Y al otro día recibí un llamado diciéndome que había sido uno de los finalistas. Pero a todo esto desconociendo cuántos habíamos pasado a la siguiente ronda y cuántos éramos en un principio. -Cuando enviaste el demo, ¿no tuviste miedo de que quedara archivado en algún cajón? -No, porque viniendo de un medio tan importante como el grupo Clarín sabía que lo iban a escuchar. Pero lo que nunca imaginé es que me llamarían tan rápido. -¿Cuántos eran en la prueba? -Al principio 360 personas. En la segunda fase quedamos 57. Después éramos 13 y ahora 8. -¿Y en qué consistía esa prueba? -Te hacían relatar a través de un monitor el partido de Boca y Real Madrid. -¿Cómo fue la noche previa? -No dormí. Es más, molesté a mi señora durante toda la noche. Estaba muy ansioso. Me fui en colectivo a Buenos Aires y llegué como tres horas antes a la prueba. Mirá si estaba ansioso. -¿Quedaste conforme con tu relato? -Sí, la verdad es que salí muy satisfecho. Por dentro sabía que había hecho un buen trabajo. Pero más allá de eso, desconocía si al jurado le había gustado porque no sabía a qué apuntaban ellos. -¿Te pusiste a pensar que vas a suplantar a Fantino en el relato de un Boca-River por radio Mitre? -Sí, pero por ahí no tomo conciencia de hasta dónde llegué. Por ahí cuando hablo con mis amigos o familiares me pongo a pensar que lo que puede llegar a venirse es muy grosso. -¿Lo escuchabas a Fantino? -No, porque los domingos relato a Central o Newell's para Mitre Rosario. Pero sí lo miraba casi siempre en "Mar de Fondo". -¿Dudaste cuando te designaron como uno de los ocho finalistas justo el Día de los Inocentes? -Sí, y mucho. Estuve como tres horas pensando si no había sido alguna broma de mis amigos. -¿A quién tenés como modelo en el relato? -A Osvaldo Whebe. -¿Qué pasó por tu cabeza cuando te informaron que ibas a relatar el primer Boca-River del año? -Me emocioné mucho. Es más, no terminé de escuchar qué día se jugaría porque me invadieron muchos recuerdos lindos. Sinceramente, fue como que lo que siempre soñé está a punto de convertirse en realidad. Es una emoción muy fuerte. Poder relatar en una de las radios más importantes del país es un orgullo para cualquier periodista. -¿Te estás preparando para ese día? -Sí, lo primero que hago es tratar de cuidar la garganta. Después me pongo a pensar si preparo algo nuevo o sigo con mi propio estilo, que en definitiva si llegué a hasta acá es porque fui yo mismo. -¿Vas a agregarle algún latiguillo nuevo a tu relato? -No creo. Voy a morir en la mía. Y lo digo humildemente. -¿Debés estar leyendo todo lo que contenga material de Boca y River? -Sí, más que nunca. Creo que en mi vida leí tanto de esos dos equipos como lo vengo haciendo en este último tiempo. -¿Cómo imaginás que será la noche de tu relato? -No sé, lo único que deseo es que no haya violencia. Y después, que finalice rápido la transmisión. Ya me veo todo transpirado y nervioso. Ojalá que ese día pueda demostrarle a toda la gente que confió en mí que puedo trabajar en Mitre. -¿Será el partido de tu vida además? -Ya lo creo. Y espero poder ganarlo. Me tengo mucha fe y sé que Dios estará ayudándome.
| |