Marcelo Minichetti / La Capital
Con su risa contagiosa y una simpatía desbordante Mariana Fabbiani sorprendió a la teleplatea argentina por sus buenas performances en "PNP", el programa satírico que conducía junto a Raúl Portal, en el que reemplazó a Federica Pais. Tras cinco temporadas en las que afianzó un estilo desenfadado y fresco, se lanzó en enero de 2002, cuando el país ardía, a un nuevo desafío con "Mariana de casa". El magazine de mediodía, con recetas a cargo de Martiniano Molina y la participación de muñecos gigantes, le permitió seguir en el aire en 2003 y capturar la atención de la platea infantil. Con un premio ACE por su espectáculo teatral "Cenicienta" y un disco recién editado con las canciones que interpreta diariamente en su programa televisivo, a los 27 años, la joven redondea un presente artístico inmejorable. "No sé si el disco será bueno o no, pero muchas madres me dicen que sus chicos comen cuando lo escuchan", confesó la animadora y cantante a La Capital. A través de un diálogo donde Fabbiani demostró que su verdadera personalidad no difiere de su figura televisiva, la ahora cantante habló de su nuevo disco, de la televisión, del teatro y de su sorpresa ante el éxito que la acompaña. -De entre sus facetas de actriz, cantante y conductora de televisión, ¿cuál es su función preferida? -Que raro, ¿viste? La verdad es que no sé cuál es mi función preferida. Ninguna es indivisible de las otras: soy un todo. No me considero una conductora sin tener en cuenta a la actriz. No digo a la cantante, porque no lo soy, pero sí me refiero a la nena que canta y baila. Juego con eso y es parte de cómo conduzco. No volcaría mi carrera para ese lado; solamente es un complemento porque lo pidieron los chicos y hay cosas que me divierten, porque los nenes comían mirando el programa y las mamás lo grababan para pasarlo a la noche para que también cenaran. Creo que es un efecto Pavlov... (risas). Por eso grabé el disco. -¿Tras los éxitos de la televisión y el teatro, salir con un disco no es forzar la situación? -La verdad es que no lo hice de manera pretenciosa. Si lo escuchás te vas a dar cuenta de que es un disco especial, ya que no está hecho con los medios tecnológicos que se usan hoy: no usé esas máquinas que te hacen afinar. Está bueno y estoy orgullosa. Es lo que soy yo en el programa. -Su abuelo, Mariano Mores, es una institución de la música nacional; su madre también cantó, ¿cuál es el juicio familiar ante esta faceta musical de su carrera? -Ellos me adoran... ¿Qué me van a decir...? (risas). Pero me lo dicen de una manera que me hace pensar que quizá esté bien el disco. Le gustó a mi abuelo y de manera muy especial una canción de cuna. -¿Por qué dejó de trabajar con Raúl Portal, si "PNP" era un éxito? -Fueron cinco años de trabajo y ya tenía ganas de probar otras cosas. Consideré que era el momento de empezar algo nuevo. Por otra parte me parecía que era bueno para "PNP" que tuviera una refrescada. Paralelamente estaba la idea del programa y me largué. -¿Cómo sobrellevó el cambio de pasar de ser la coequiper de un experimentado conductor como Raúl Portal a bancarse sola la animación de su propio ciclo? -Manejo bien la situación. No me puedo quejar porque tengo un equipo de trabajo muy bueno y me llevo bien con todos ellos. Ahora trabajo con Gastón (Portal, su novio) y para mí es un orgullo tenerlo como productor. -¿El programa propio estaba en los planes cuando inició su camino televisivo, era una meta establecida? -Soñaba con que pasara esto. Nunca tuve la valentía de pensarlo, sino que sólo lo soñaba. Pensé que me iba a costar un poco más lograrlo, pero la gente me quiere, me tiene paciencia. Quizá el programa al principio no era lo que es ahora. -Paralelamente también inició un proyecto teatral como "Cenicienta" que le permitió ganar un premio ACE, ¿pensó que le iba a ir tan bien en el teatro? -Nos dieron el premio al mejor espectáculo infantil. Nunca uno espera eso porque sería medio soberbio, ¿no? Me sorprendió el ACE. -¿Su realidad artística coincide con las expectativas que tenía al iniciar esta carrera? -Este es un camino ingrato en un punto. Está la parte linda de la fama, pero se te vuelve en contra cuando no tenés trabajo, porque en esos momentos extrañás todo lo que te da el éxito. Gracias a Dios hago un programa que no está metido en la competencia feroz por el rating. Mi sensación es que doy pasos muy lentos y muy seguros. Creo que si uno se esfuerza y trabaja, quizá haya impases, pero los buenos resultados siempre vuelven y para lograr eso hay que tener buenos cimientos. -Volviendo al disco, ¿puede tomarse como una travesura de una animadora muy exitosa? -La verdad es que no estoy atada a nada y no sé si llamarlo travesura porque está hecho con una responsabilidad tremenda. Está muy cuidado. Este año fue terrible para hacer cosas nuevas. Estamos orgullosos, tanto yo como Omar Giammarco, porque sólo nosotros sabemos lo que trabajamos para hacer el disco.
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