Jinetes perdieron sus caballos en un tiroteo con la policía

Tras un robo menor en Piñero, la Guardia Rural abrió fuego y mató a los dos animales. Los cuatreros huyeron a pie

Un raíd delictivo cometido en la madrugada de ayer por dos hombres montados a caballo en jurisdicción de la localidad de Piñero tuvo una insólita derivación cuando los jinetes se enfrentaron a balazos con una patrulla de la Guardia Rural y los dos equinos murieron atravesados por las balas. Los ladrones se esfumaron en medio de la oscuridad con un magro botín: cuatro latas de aceite para automóviles, dos lechones y una bomba centrífuga.
A las 2.30, la alarma sonó en la delegación Alvear de la Dirección General de Seguridad Rural. El alerta había salido de la fábrica de filtros de aceite para autos Blower, situada en la intersección de la ruta 18 y A012. Ayer a la tarde, la empresa lucía como abandonada con un cartel de una inmobiliaria que ofrecía al inmueble en alquiler.
Una patrulla de la Guardia Rural que recorría la zona que habitualmente transitan delincuentes salió en búsqueda de los ladrones. De la camioneta policial bajaron dos hombres y un tercero se quedó en el vehículo. Los efectivos caminaron en dirección a las vías que corren paralelas a la ruta 18 y se toparon con dos hombres que escapaban a puro galope montados en dos caballos.
Enseguida, los policías tuvieron la certeza de que estaban frente a los asaltantes que estaban buscando y entonces, según contó el comisario Hugo Orlando Armas, a cargo del destacamento rural, les dieron la voz de alto lo que "fue contestado con disparos" por los malhechores.
Y el tiroteo resultó inevitable cuando los uniformados repelieron el ataque. Algunos tiros atravesaron los campos de la zona, sin que los policías ni los maleantes se vieran las caras. Solamente algunas siluetas dispersas por un descampado que no podían identificarse con claridad llevó a los agentes a dejar de disparar. "Lo hicimos para preservar la vida de ellos (los ladrones) y de los policías", explicó Armas.
Ya para entonces los ladrones escapaban a pie. Entonces los uniformados caminaron unos cincuenta metros y vieron a los equinos que habían muerto impactados por balazos. Los ladrones habían cargado los elementos robados sobre la montura de los animales. Maletas con bolsas de nailon en la que estaban depositadas cuatro latas de aceite de 20 litros cada una y dos potes de grasa de junta omosimétrica integraban el botín que los delincuentes habían robado, escruche mediante, de la firma Blower.
Los ladrones también habían visitado otros dos inmuebles. A Leopoldo Villar, un peón rural que vive en el loteo Las Mercedes, emplazado en el kilómetro 6, al oeste de la ruta 18, le habían sustraído dos lechones "de unos cuatro o cinco kilos".
También llegaron a la casa de Sandra Carina Badi, una mujer que vive sobre la ruta 18. De allí se llevaron una bomba centrífuga.

La firma perdió cuatro latas de aceite y dos lechones.