El técnico de Boca, Carlos Bianchi, aprovechó ayer con el ímpetu de un principiante la segunda práctica formal de su nuevo ciclo para empezar a delinear la base del equipo con el que intentará recuperar la gloria alcanzada en su gestión anterior. El director técnico, con algunas bajas en el plantel por distintas convocatorias a los seleccionados nacionales, determinó el primer entrenamiento de fútbol en el que los titulares golearon por 5-1 a un combinado de juveniles y suplentes. Abbondanzieri; Ibarra, Schiavi, Crosa y Calvo; Donnet, Cascini, Villarreal y González; Barros Schelotto y Delgado fue la formación que dispuso el DT para el ensayo inaugural, que no variaría demasiado de cara al debut en los torneos de verano que se será ante San Lorenzo, el miércoles en Salta. Durante la práctica desarrollada en el club Ferrocarril Sud de Tandil, presenciada por decenas de fanáticos, Bianchi sorprendió por su predisposición y ganas sin reparar en la llovizna que azotó el campo de trabajo. El entrenador ofreció un repertorio de indicaciones intercaladas con aliento para sus dirigidos en cada acción de juego durante la práctica. En primer lugar mantuvo una conversación con el volante central Alfredo Cascini y le señaló con gestos ampulosos el sector donde debía desempeñarse junto con el otro tapón, que fue Javier Villarreal. Posteriormente, el Virrey centralizó sus indicaciones en los laterales Hugo Ibarra y José María Calvo, para que equilibraran sus proyecciones ofensivas. Bianchi hizo hincapié en la presión para recuperar la pelota, especialmente de los delanteros y el Equi González, quien desarrolló un buen trabajo. (Télam)
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