Miami. - Fidel Castro abandonaría la dirección del Partido Comunista de Cuba en manos de su hermano Raúl, en una maniobra que marcaría el inicio de la sucesión en vida del anciano líder. El anticipo lo hizo el diario El Nuevo Herald, de Miami, basado en fuentes oficiales de la isla. Fidel Castro, quien ha sufrido últimamente evidentes problemas de salud, permanecería como jefe de Estado, pero delegaría funciones en el dirigente Carlos Lage, quien sería su futuro sucesor en este cargo.
"Esa movida está en la base de las discusiones que han pospuesto hasta ahora la celebración del VI Congreso del PC, donde deben aprobarse los cambios", afirmó al Nuevo Herald una importante fuente oficial cubana que pidió no ser identificada. El VI Congreso del partido que debió celebrarse en octubre pasado no tiene todavía señalada una fecha. Tradicionalmente el PCC celebra su congreso cada cinco años, poco antes de que se efectúen las elecciones para la Asamblea Nacional (el Parlamento unicameral), que están programadas para el 19 de enero. Afirma el Herald que la separación de los cargos del partido y del gobierno, que hasta ahora ejerce Fidel Castro, facilitaría el proceso de sucesión en vida del gobernante cubano, algo que desearía Raúl. "Raúl es partidario de darle al gobierno mayor independencia, mientras él mantiene el control del aparato político y militar", explicó la fuente.
La reestructuración planteada supone que Fidel Castro mantendría su cargo de presidente del Consejo de Estado (el Poder Ejecutivo), mientras Raúl asume la posición de primer secretario del PCC. Carlos Lage sería nombrado primer vicepresidente del Consejo de Estado. "Esta decisión dejaría a Lage al frente del gobierno y del Estado cubano; en ausencia de Fidel, sería el sucesor designado de acuerdo a la Constitución", subrayó la fuente.
En las elecciones a diputados a la Asamblea Nacional, se elegirá asimismo a un nuevo Consejo de Estado. Pero no es muy probable que estos cambios en la cúpula del gobierno se produzcan antes del congreso partidario.
El modelo chino
Analistas en asuntos cubanos consultados por El Nuevo Herald señalaron que esta separación de poderes sería semejante a la que existe actualmente en China. "No me sorprendería en absoluto que se tomara esa medida, ni cualquier otra más atrevida en el actual contexto económico", afirmó Domingo Amuchástegui, un ex analista de inteligencia cubano.
Amuchástegui cree que Fidel y Raúl han llegado a la conclusión de que "el esquema histórico" que encarnan no sobrevivirá a la ausencia del primero, y de ahí que el hermano menor impulse un "rediseño" para arribar a una sucesión exitosa.
Fidel estuvo la semana pasada en Brasilia para concurrir a la asunción del presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva después de haber sufrido un malestar por "la picadura de un mosquito", según la versión oficial de La Habana, que mantuvo al gobernante por varios días fuera de su actividad oficial.
Nelson Valdés, profesor de la Universidad de Nuevo México, comentó a El Nuevo Herald que "en una situación así lo más probable es que eventualmente se pasará a una dirección partidista y estatal-gubernamental más colegiada; con mayores centros de poder", lo que a su juicio implicaría una mayor "institucionalización".
En los últimos años Lage ha venido desempeñando en la práctica las funciones de jefe de gobierno, especie de primer ministro, aunque este cargo no existe en el régimen cubano. Su designación como primer vicepresidente del Consejo de Estado-cargo que ocupa actualmente Raúl-, le abriría las puertas para reemplazar constitucionalmente a Fidel Castro cuando llegue el momento y darle al gobierno "el nuevo rostro que necesita la sucesión", comentó la enigmática fuente.
Se trata de una solución que agradaría a Washington, según Ernesto Betancourt, analista de asuntos cubanos residente en la capital estadounidense. Betancourt comentó al Herald que "ciertos círculos del poder en Washington", favorecen tres objetivos concretos en la política hacia Cuba: evitar la inestabilidad política, la emigración desordenada y lograr mayor cooperación contra el narcotráfico. "Dentro de ese esquema, la llegada de Lage a la jefatura del gobierno cubano, cuando se produzca la ausencia de Fidel, les deja las manos libres para normalizar las relaciones con Cuba", subrayó el analista.